SANTO DOMINGO.-Cada gota de lluvia significa un mar de mortificaciones para quienes viven en barrios levantados a orillas del río Ozama y que tradicionalmente se inundan.
Al igual que otros fenómenos naturales, los efectos de la tormenta tropical Eta han causado estragos en esos sectores, producto de la improvisación, por lo que sus residentes claman por la mirada compasiva del presidente del denominado Gobierno del cambio.
La incertidumbre y el miedo a que una crecida del Río Ozama los sorprendiera y arrasara con sus ajuares, o en el peor de los casos con sus vidas, no dejó dormir anoche a los residentes en el barrio Ribera del Ozama, en el Distrito Nacional, donde las lluvias generadas por la tormenta trópica Eta generó inundaciones.
Cuando aún no se recuperan de las pérdidas generadas por la tormenta Laura , que en agosto pasado destruyó su antigua vivienda construida de cartón y hoja lata, así como sus pertenencias, la señora Xiomara Tejeda y su esposo Jorge Jiménez, cuentan cómo anoche casi pierden lo poco que les queda.
Ellos, al igual que sus vecinos, aunque pusieron a salvo a los más pequeños de la casa, se vieron en la obligación de quedarse cuidando sus cosas por miedo a saqueos.
Atemorizados y desesperados ante el drama que les toca vivir cada vez que llueve con cierta intensidad, estas personas piden al presidente del denominado gobierno del cambio ejecute el desalojo prometido por pasadas gestiones, recordándole que viven allí no por gusto, sino por necesidad.