Duquesa ya no es un problema para moradores SDN; piden solución para aceras obstruidas por desechos

República Dominicana.- El vertedero de Duquesa aparentemente ha dejado de ser un problema para quienes viven en sus alrededores, que ahora ven como cosa del pasado los incendios que con frecuencia inundaban de humo la ciudad.

Ya un poco libre de la contaminación, los hombres y mujeres que viven en Los Casabes y zonas aledañas, consideran que las autoridades deben enfocarse ahora en evitar que los llamados buzos invadan las aceras y otros espacios públicos con los desechos que sacan del botadero.

En Los Casabes la gente respira otro aire. Ya no hay incendio  que le perturbe la paz que hasta hace poco le robaban los que con frecuencia se registraban y ponían en la palestra el vertedero de Duquesa.

El tema que entienden deben ahora enfrentar las autoridades locales, son los basureros improvisados que con pedazos de hierro, plásticos y otras chatarras, forman los llamados buzos en las aceras y otros espacios públicos.

Sin embargo, lo que para unos constituye un estorbo al transitar sobre las aceras, para los llamados buzos y sus familiares, extraer del vertedero lo que ya es considerado basura, es la mejor forma de ganarse la vida.

Es el caso de Hugo Silvestre, quien vive de la compra y venta de artículos recolectados en el  controversial botadero.

“Yo no sé qué está haciendo el alcalde de este lugar, las calles y las aceras de aquí están llenas de basura, que la traen de duquesa, no se puede caminar, hay que tirarse a las calles” manifestó Emilio Santos, residente en la calle H del municipio de Santo Domingo Norte.

En su travesía, Hugo no está solo; como él son muchos los que hacen su día a día de lo desperdicios y cachivaches lanzados en Duquesa.

“Nosotros estamos bien, de eso es que vivimos, no es una incomodidad, a eso se le busca la vuelta, cada quien debe buscarse la vida de alguna manera”, expresó Juan Ortega, quien compra a los buzos parte de los que recogen del vertedero.

Este domingo en Duquesa trabajaban camiones en el vertido de basura, mientras muchos se mantenían al asecho para ver lo que podían recoger y sacarle el mejor provecho.