MILÁN (AP) — El virus se propagó por una escuela infantil y una de primaria adyacente en Bollate, un suburbio de Milán, con una velocidad sorprendente.
En apenas unos días, 45 niños y 14 trabajadores dieron positivo. Los análisis genéticos confirmaron lo que las autoridades ya sospechaban: la variante del coronavirus altamente contagiosa identificada por primera vez en Gran Bretaña se estaba extendiendo por la comunidad, una ciudad de casi 40.000 habitantes con una planta química y una fábrica de neumáticos para bicicletas Pirelli a 15 minutos en coche del centro de Milán.
“Esta es la demostración de que el virus tiene una especie de inteligencia, aunque sea un organismo unicelular. Podemos levantar todas las barreras del mundo e imaginar que funcionarán, pero al final se adapta y las penetra“, lamentó el alcalde de Bollate, Francesco Vassallo. Bollate fue la primera ciudad de Lombardía, una región del norte de Italia que estuvo en el centro de cada una de las tres olas de la pandemia en Italia, en aislarse por las nuevas mutaciones que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), está impulsando un nuevo repunte de los contagios en toda Europa.
Las variantes incluyen otras dos identificadas por primera vez en Sudáfrica y Brasil. Europa registró un millón de nuevos positivos de COVID-19 la semana pasada, un 9% más que la semana anterior, revirtiendo la tendencia a la baja de las seis últimas semanas, anunció la OMS el jueves. “La propagación de las variantes está impulsando este aumento, pero no es solo eso“, afirmó el doctor Hans Kluge, director regional de la OMS para Europa, que citó “también la apertura de la sociedad, cuando no se hace de forma segura y controlada“.
La llamada variante británica se está propagando de forma significativa en las 27 naciones europeas monitoreadas por la agencia de salud de Naciones Unidas, que la identificó como dominante en al menos 10: Gran Bretaña, Dinamarca, Italia, Irlanda, Alemania, Francia, Holanda, Israel, España y Portugal.
Es hasta un 50% más transmisible que el virus que surgió la pasada primavera y de nuevo en otoño, y puede esquivar las medidas que antes eran efectivas, advirtieron expertos de la OMS. “Este es el motivo por el que los sistemas de salud están teniendo problemas ahora“, dijo Kluge. “Este es realmente un punto de inflexión. Tenemos que mantener el fuerte y estar muy atentos“. La situación es dramática en República Checa, que registró un récord de cerca de 8.500 pacientes hospitalizados por COVID-19 esta semana.
Polonia está abriendo hospitales de campaña e impuso un confinamiento parcial ante el incremento de casos de la variante, que pasaron de suponer el 10% del total en febrero, al 25% ahora. Kluge señaló que la experiencia de Gran Bretaña es un motivo para el optimismo y dijo que las restricciones bien consideradas y la vacunación habían ayudado a frenar las variantes tanto allí como en Israel. Pero la campaña de inmunización en la Unión Europea va mucho más lenta, principalmente por los problemas de suministro. En Gran Bretaña, la aparición de esta variante disparó los contagios en diciembre y motivó una cuarentena en todo el país en enero.
Desde entonces, los casos se han desplomado desde los cerca de 60.000 en el peor momento del brote a principios de enero, a unos 7.000 diarios. Sin embargo, un estudio mostró que la tasa de descenso se está ralentizando y el gobierno dijo que actuará con cautela ante sus planes para aliviar las restricciones. El proceso comenzará el lunes con la reapertura de las escuelas. Predominan los contagios entre jóvenes de 13 a 17 años, por lo que las autoridades los vigilarán de cerca para comprobar si el regreso a las aulas los impulsa.
Aunque la variante británica es la dominante en Francia, donde obligó a poner en cuarentena la ciudad de Niza, en la Riviera francesa, y el puerto norteño de Dunkerque, la detectada en Sudáfrica es la predominante en la región de Moselle, que limita con Alemania y Luxemburgo, donde representa el 55% de los casos. La sudafricana es también la más habitual en un distrito de Austria que se extiende desde Italia a Alemania.
Las autoridades austríacas anunciaron que vacunará a la mayoría de las 84.000 personas que residen allí para frenarla. El país exige también que quienes circulen por la autopista Brenner, una importante vía de comunicación entre el norte y el sur, presenten pruebas de detección del virus negativas. Preocupa especialmente la variante sudafricana, que está presente en 26 naciones europeas, por las dudas sobre la efectividad de las vacunas exitentes. La brasileña, que parece que puede reinfectar a personas que ya superaron el virus, se ha detectado en 15 países.