La historia de este proyecto es más larga de lo que se comenta. En el último gobierno del Dr. Balaguer que, solo duró dos años, ya se comenzaba hablar de las conveniencias de represar las aguas del Yaque del Sur a esa altura, para controlar sus tropelías sobre las poblaciones de sus riberas; ya existía la presa de Sabana Yegua.
El primer mandato del Dr. Leonel Fernández, concentró sus esfuerzos en una infraestructura pública, que buscaba resolver el problema de la concentración de millones de dominicanos en la ciudad de Santo Domingo, huérfanos de servicios y en un proceso acelerado de arrabalización, que todavía no se ha podido detener.
Pero, en el gobierno que encabezó el Ing. Hipólito Mejía, se dieron insistentes conversaciones sobre la viabilidad de una presa en Monte Grande. Se recuerda que, ante la insistencia de los lugareños, en una de sus visitas al Suroeste, el Presidente argumentó que, “eso hay que hablarlo muy bien, no creo que eso resuelva nada; además es una inversión muy cuantiosa.”
Así es que viene acontecer, que tantas menciones e insistencias tomen cuerpo y se conviertan en promesas de campañas electorales, hasta consolidarse en un proyecto de infraestructura que sería anunciado por el presidente Leonel Fernández, el 28 de marzo del 2008, acompañado por el Embajador de Brasil, más los ejecutivos de la firma Andrade Gutiérrez que, tendría a cargo la construcción de la presa.
No obstante, no sería hasta agosto del 2009, cuando el Director del INDRHI anunciaría que se iniciaban los trabajos del campamento de ingeniería para la obra, esto se hizo contando con un préstamo de la propia constructora, mientras se gestionaba el financiamiento con el gobierno de Brasil y sus bancos de inversión.
La verdad es que ha sido un proyecto, con múltiples obstáculos; oposición interna (eso se denota en las expresiones del presidente Mejía), la dificultad de financiamientos, esto fue lo que retrasó el comienzo de la construcción hasta el 2013, durante el primer período del presidente Danilo Medina.
Ahora bien, hagamos un ejercicio de subjetividad; supongamos que, los plátanos producidos a lo largo de las riberas del Yaque del Sur, desde Fondo Negro, hasta el Municipio de Tamayo, pertenecieran a grandes propietarios del país, o a corporaciones de grandes capitales locales o foráneos. ¿No creen ustedes, que estas aguas, estarían controladas desde hace mucho tiempo?
A Monte Grande se le atribuyen muchos beneficios, para los pobladores de cinco provincias del suroeste; se le ha denominado el Metro del Sur; pero en estas provincias, no existen los grandes intereses que mueven voluntades financieras en los altos niveles de la sociedad.
Monte Grande comenzó en el tercer período del presidente Fernández, por voluntad política; era una promesa de campaña, que para una representación de cinco provincias no se podía dejar en el tintero; y por esa razón fue continuada por el presidente Medina.
Al día de hoy, nadie puede seguir frenando el desarrollo del suroeste. La voluntad política del presidente Abinader debe imponerse.
Bahía de las Águilas y Monte Grande son las promesas que se deben cumplir, para que el pequeño mundo dominicano, deje de mirar hacia el sur, ¡como si el sur doliera!.