Los dominicanos residentes en el exterior, hemos sido sorprendidos por la acción del gobierno dominicano, a través de su Dirección de migración, con un formulario digital que debe ser llenado online por todo el que se proponga viajar a la República Dominicana.
Ante la disposición del presidente Luis Abinader de incentivar el turismo, y facilitar la entrada de viajeros al país, que traerán las divisas frescas necesarias en este momento de aguda crisis económica, nos sorprende que a una dinámica que había venido trabajando de una manera confortable para los viajeros nacionales o extranjeros se le impongan las limitaciones que supone este formulario de marras.
El lunes pasado, 10 del corriente mes, vivimos en el aeropuerto de la ciudad de Raleigh capital del estado de Carolina del Norte, un momento sumamente amargo, cuando pedíamos asistencia a un oficial de la línea aérea sobre la forma de llenar el formulario dominicano, sin la aprobación del cual, ningún viajero hacia República Dominicana puede abordar un vuelo.
“We don’t have anything to do with that. That is your government requirement.” Nosotros no tenemos nada que ver con eso. Eso es requerimiento de tu gobierno; esa fue la respuesta rotunda que recibimos, con la advertencia de que si no recibíamos el código aprobatorio de R. D. no abordaríamos.
Cuarenta minutos con dos modernos celulares, por un lado mi hijo, quien tiene un grado asociado en ciencias digitales, y de eso se gana la vida; y por otro lado, este servidor, que tampoco soy un ignorante en la materia, ese tiempo nos tomó conseguir el susodicho código para abordar.
En nuestro rápido paso hacia el chequeo de seguridad, vimos una damita dominicana con lágrimas en los ojos porque no había encontrado ayuda y como nosotros, estaba a punto de perder el avión.
Ese documento migratorio, según entendemos viene a sustituir el pequeño formulario blanco que llenábamos en el avión antes de tocar puerto dominicano, en el cual se preguntaba nuestra nacionalidad, lugar de nacimiento, números de pasaporte y cédula y dirección en el país.
Ahora los viajeros, para llenar este invento, primero tienen que conseguir un código de acceso al documento, y segundo tiene que ir tras una cantidad de repuestas, hasta un final muchas veces confuso, que te hace volver a comenzar; después que eliges el # de viajeros, que si viajas solo es uno, al final te encuentras donde te manda responder preguntas sobre un acompañante que no declaraste.
Hoy nos preguntamos, sentados finalmente aquí en el suelo patrio, ¿será esta la intención del presidente Abinader? Ganarse la antipatía de los dominicanos en el exterior y reducir el flujo de turistas.