Los metales pesados son un grupo de elementos químicos que presentan una densidad alta. Son en general tóxicos para los seres humanos y entre los más susceptibles de presentarse en el agua destacamos el mercurio, níquel, cobre, plomo y cromo.
Los metales pesados tóxicos más conocidos son el mercurio, el plomo, el cadmio y el arsénico, y en raras ocasiones, algún no metal como el selenio.
A veces también se habla de contaminación por metales pesados, incluyendo otros elementos tóxicos más ligeros, como el berilio o el aluminio.
Los humanos requieren pequeñas cantidades de hierro, cobalto, cobre, manganeso, molibdeno, y zinc. Cantidades excesivas de ellos pueden dañar nuestro organismo. Otros metales pesados como mercurio, plutonio y plomo son metales tóxicos que no tienen un efecto vital o beneficioso para el organismo, y su acumulación en el tiempo y en el cuerpo de los animales puede causar serias enfermedades, como por ejemplo saturnismo o envenenamiento por mercurio.
Algunos de ellos son necesarios para los humanos en pequeñas proporciones, tales como cobalto, cobre, cromo, manganeso y níquel, mientras otros son carcinogénicos o tóxicos, afectando, entre otros, al sistema nervioso central ( mercurio, plomo, arsénico), los riñones o el hígado (mercurio, plomo, cadmio, cobre) o la piel, los huesos, o dientes (níquel, cadmio, cobre, cromo).
Los "envenenamientos por metales pesados" pueden incluir excesiva cantidad de hierro, manganeso, aluminio, mercurio y arsénico.
La enfermedad de Minamata se da como resultado del envenenamiento por mercurio, la enfermedad itai-itai por envenenamiento con cadmio, y el saturnismo como envenenamiento con plomo.
La terapia de quelación es un proceso biológico, tanto preventivo como curativo, utilizado de manera permanente por todos los organismos vivos, por medio del cual, el calcio, las grasas y los metales pesados como plomo, cromo, hierro, aluminio, mercurio, cadmio y vanadio, altamente nocivos, al encontrarse en la circulación, en las paredes de las arterias y en las articulaciones, son arrastrados por la sustancia quelante y eliminados por la orina, desintoxicando el organismo y reactivando funciones vitales esenciales y aumentando la oxigenación y vitalidad de todo el organismo.
La terapia de quelación con el aminoácido sintético EDTA (tetra-acético de etileno diamina) es un método probado para eliminar los metales pesados tóxicos como el mercurio, el plomo y el cadmio del cuerpo.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades cardiovasculares son la causa número uno de muerte en el mundo, y por enfermedades cardiovasculares mueren anualmente más personas que por cualquier otra causa.
La terapia de quelación ha crecido mucho en los últimos años. En Estados Unidos, por ejemplo, para el tratamiento de enfermedades del corazón y otras enfermedades creció desde el 2002 hasta el n2007 en casi un 68 por ciento, a un estimado de 111.000 personas al año.
La palabra “quelación” viene de la palabra griega “quelato” que significa garra y significa “agarrar”, que es lo que sucede cuando el EDTA se une con minerales y metales como el calcio, el aluminio, el hierro, el cobre, el plomo y el mercurio, lo que permite ser eliminados del cuerpo a través de la vía urinaria.
El colesterol se combina en el cuerpo con la grasa, calcio y otras sustancias para formar placas en las arterias. La placa se acumula con el tiempo y endurece y estrecha las arterias. Esta acumulación se llama arterosclerosis y puede conducir a la enfermedad cardiovascular y accidente cerebrovascular. EDTA también tiene un efecto positivo en esta enfermedades y otras como la diabetes, la artritis reumatoide, la esclerosis múltiple, fibromialgia, neuropatía periférica, la osteoporosis, la enfermedad de Alzheimer, trastornos de la tiroides, porfiria y enfermedades autoinmunes.
La Terapia de Quelación es una de las terapias más eficaces para la prevención del infarto del miocardio en pacientes con antecedentes, pero debe ser dirigida por médicos expertos en Quelación.
La historia de la Quelación la podemos iniciar en 1893, con los trabajos del investigador suizo y premio Novel Alfred Werner, quien explicó como los metales al unirse a moléculas orgánicas, podían cambiar las propiedades de éstas, abriendo así un nuevo campo en la medicina.
Muchos investigadores en las décadas del 50 y 60, emprendieron varios estudios sobre el valor de esta terapia. La Asociación por el Avance de la Medicina, ACAM, ha recogido alrededor de 10.000 de estos estudios y se calcula que cerca de 500.000 pacientes han recibido esta terapia.
En Europa y Japón ha sido extensamente usada. Después de la segunda guerra mundial, muchos trabajadores de la industria de baterías, pinturas y combustibles sufrieron los estragos de la intoxicación por plomo propia de estas labores. Estas personas fueron tratadas con un aminoácido sintético llamado EDTA y de manera sorprendente reportaron una gran mejoría en varios aspectos que aparentemente no estaban relacionados con el plomo. Especialmente los pacientes que presentaban dolor e incapacidad por insuficiencia coronaria, acabaron de forma definitiva su riesgo de sufrir infarto de corazón.