Puerto Príncipe (PRENSA LATINA).- El primer ministro de Haití, Ariel Henry, pidió hoy la liberación de los sospechosos del asesinato del presidente Jovenel Moise, contra los cuales aún no se presentan cargos.
El neurocirujano que llegó al poder dos semanas después del magnicidio reiteró su compromiso de llevar ante la justicia a los autores intelectuales, cómplices y ejecutores del crimen, aunque indicó que deben respetarse los derechos humanos.
Henry recibió numerosas críticas por las presuntas llamadas con Joseph Felix Badio, acusado de dar la orden de asesinato, no obstante, el titular las calificó de «maniobras de distracción», de acuerdo con un comunicado de la oficina gubernamental.
El jefe de Gobierno sostuvo que corresponde a los jueces encargados del caso determinar quiénes son los culpables.
«Los que se declaren inocentes tendrán la oportunidad de hacer valer su derecho ante su juez natural», manifestó en el documento.
Asimismo, Henry se comprometió con la construcción del Estado de derecho, el respeto de los derechos humanos, la distribución de una justicia imparcial y equitativa, a través de un sistema judicial completamente independiente.
Moise murió baleado en su residencia el pasado 7 de julio, presuntamente por un comando armado integrado por una veintena de exmilitares colombianos.
Dieciocho de ellos se encuentran en prisión y en una carta enviada a las autoridades de su país indicaron que fueron objeto de tortura y violencia, mientras no tienen acceso a la representación legal.
Además de los colombianos, decenas de policías de la guardia presidencial, entre ellos, al menos tres responsables de seguridad de Moise, se encuentran detenidos en la Penitenciaría Nacional, junto a un supuesto autor intelectual, el médico Enmanuel Sanon.
El pasado sábado, Henry pidió formalmente a Naciones Unidas cooperación para la investigación, mientras al interior lo señalan como uno de los encubridores de los supuestos asesinos.
Ayer miércoles Pierre Espérance, coordinador de la Red Nacional en Defensa de los Derechos Humanos, reiteró que tanto el primer ministro, como el jefe de la Policía, León Charles, velan por la seguridad de Badio, y se prepara un plan para que el presunto implicado «aparezca pronto muerto».