MOSCU.- Las autoridades sanitarias de Rusia notificaron este domingo que el país rebasó el umbral de los 230.000 fallecidos tras constatar más de 35.000 nuevos casos y más de un millar de decesos en las últimas 24 horas, muy cerca de los récords marcados en la víspera.
El centro operativo nacional para la lucha contra el coronavirus confirmó 35.660 nuevos casos y 1.072 decesos asociados en el último día, solo tres menos que el sábado, hasta un total de 8,2 millones de casos y 230.600 fallecidos.
No obstante, la cifra de muertes se subestiman en gran medida, ya que la agencia de estadísticas Rosstat considera que se han producido más de 400.0000 fallecimientos hasta finales de agosto.
La mayoría de los nuevos positivos fue detectada en la capital (5.279), en San Petersburgo (3.297) y en la provincia de Moscú (3.030), según las cifras recogidas por la agencia oficial de noticias rusa Sputnik.
Apenas un tercio de los rusos ha sido inmunizado desde la aparición de la primera vacuna nacional, Sputnik V, en diciembre de 2020. Un fracaso que puede explicarse sobre todo por la habitual desconfianza de la población hacia las autoridades.
Frente a este funesto escenario, los dirigentes han tardado en reaccionar e imponer medidas restrictivas por temor a debilitar una economía ya tambaleante.
Esta semana, el presidente Vladimir Putin decretó finalmente siete días libres, del 30 de octubre al 7 de noviembre, en un intento de frenar la propagación del virus.
El Ayuntamiento de Moscú, donde se halla el principal foco epidémico del país, cerrará todas las empresas y comercios no esenciales durante once días a partir del 28 de octubre.
Y varias regiones también han decidido establecer pases sanitarios.
Sin embargo, los críticos acusan a Putin de no tomar medidas contra la epidemia, mientras que el Kremlin sostiene que los europeos se desplazan en masa a Rusia para vacunarse con Sputnik V, en vez de recibir las inyecciones reconocidas por la Unión Europea.