Agencia.-A propósito del Día Mundial del Sida, el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida, advirtió que solo se podrá salir de la pandemia que constituye la enfermedad, actuando sin demora para acabar con las desigualdades que la avivan.
“Si no adoptamos ese enfoque de lucha contra las desigualdades tan necesario para poner fin al sida, el mundo también tendrá difícil poner fin a la pandemia de la COVID-19 y seguirá sin estar preparado para las pandemias del futuro. Esto sería tremendamente peligroso para todos nosotros”, dijo Winnie Byanyima, directora ejecutiva de ONUSIDA.
Mensaje
Queridos amigos:
En este Día Mundial del Sida, les hago llegar mis saludos y mi solidaridad con todas las personas de todo el mundo, precisamente en este momento en el que hacemos frente al impacto de dos pandemias colindantes.
Este año, el mundo ha acordado un plan audaz que, si los líderes lo cumplen, pondrá fin al sida para 2030. Es una noticia fantástica.
Sin embargo, hoy, nosotros, como Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida, no podemos sino haceros llegar una importante advertencia. El sida sigue siendo una pandemia, la luz roja continúa parpadeando, y solo podremos salir de ella actuando sin demora para acabar con las desigualdades que avivan dicha pandemia.
Allí donde los líderes trabajan de forma audaz y conjunta, haciendo hueco a los últimos adelantos científicos, prestando servicios que satisfacen todas las necesidades de las personas, protegiendo los derechos humanos y manteniendo una financiación adecuada, las muertes relacionadas con el sida y las nuevas infecciones por el VIH son cada vez menos frecuentes.
Pero esto solo es así en algunos lugares y para algunas personas.
Si no adoptamos ese enfoque de lucha contra las desigualdades tan necesario para poner fin al sida, el mundo también tendrá difícil poner fin a la pandemia de la COVID-19 y seguirá sin estar preparado para las pandemias del futuro. Esto sería tremendamente peligroso para todos nosotros.
Si bien ya antes estábamos lejos del camino para poner fin al sida, los obstáculos ahora son mucho mayores, puesto que la COVID-19 sigue azotando al mundo con fuerza, lo que obliga a interrumpir los servicios de prevención y tratamiento del VIH, la escolarización, los programas de prevención de la violencia y mucho más.
En nuestra trayectoria actual, no estamos siendo capaces de doblegar la curva lo suficientemente rápido y corremos el riesgo de arrastrar esta pandemia de sida durante décadas. Urge avanzar más rápido en un conjunto de acciones concretas acordadas por los Estados miembros de las Naciones Unidas para abordar todas esas desigualdades que impulsan el VIH.
Nuestra lucha contra la pandemia de sida nos ha enseñado un sinfín de cosas sobre lo que más necesitamos de cara a acabar tanto con la pandemia de sida como con todas las demás.
Necesitamos ya mismo infraestructuras lideradas por la comunidad y basadas en la comunidad como parte de un sistema de salud pública fuerte, respaldado por la sólida responsabilidad de la sociedad civil.
Necesitamos políticas que garanticen el acceso justo y asequible a la ciencia.
Todas las nuevas tecnologías deberían llegar de forma inmediata allí donde se las necesita.
Necesitamos proteger a nuestros trabajadores sanitarios y contratar más para satisfacer nuestras necesidades urgentes.
Debemos proteger los derechos humanos y generar confianza en los sistemas sanitarios.
Son estos justamente los que harán que salvemos las brechas en materia de desigualdad y consigamos acabar con el sida. Sin embargo, a menudo se aplican de forma desigual, se infrafinancian y no se valoran lo suficiente.
Desde aquí doy las gracias a las comunidades de primera línea que han sido pioneras en los enfoques que han demostrado ser más efectivos, que han impulsado el cambio y que están empujando a los líderes a ser audaces. Les insto a seguir adelante.
Los líderes mundiales deben trabajar juntos desde ya para afrontar todos estos desafíos que tenemos ante nosotros. Les insto a ser valientes a la hora de acompañar las palabras con acciones.
No hay que elegir entre acabar con la pandemia de sida que hoy está devastando el mundo y prepararse para las pandemias del mañana. Con un único enfoque exitoso lograremos ambos objetivos. Pero, tal y como estamos ahora, no vamos bien.
Si acabamos de una vez por todas con las desigualdades que frenan el progreso, podremos cumplir nuestra promesa de poner fin al sida para 2030. Está en nuestras manos.
Por cada minuto que pasa, el sida nos arrebata una vida muy valiosa. No tenemos tiempo que perder.
Pongamos fin a las desigualdades. Pongamos fin al sida. Pongamos fin a las pandemias.
Gracias.