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  • Por: Juaquín Gerónimo
  • martes 08 marzo, 2022

“Reencauzar el Diálogo Nacional"

   El gobierno llamó al diálogo nacional a mediados del pasado año 2021, cuando se sintió acorralado por las críticas al manejo de la crisis económica y sus consecuencias sociales, por efecto de la pandemia del COVID-19. El llamado fue acogido por toda la sociedad, en el espíritu de concertación y unidad nacional que las circunstancias demandaban.

   Es un escenario muy conveniente para el gobierno, pues la conformación del plenario del CES para este diálogo favorece ampliamente al gobierno y sus aliados de la sociedad civil. En caso de votación de las propuestas, los partidos de oposición solo tendrían un tercio del plenario (12/37 Votos).

   Transcurridos casi seis meses desde el lanzamiento de la    iniciativa gubernamental, ninguna mesa temática ha avanzado nada en la formulación y discusión de propuestas.

    Según ha trascendido discretamente, se percibe un manejo autoritario del gobierno en algunas de las mesas de diálogo,  con poco o ningún espacio para el debate y ausencia de propuestas concretas de parte del gobierno.

     La evaluación realizada hasta ahora del trabajo en  las diferentes mesas del diálogo, sugiere un escenario de “tiempo perdido” para los participantes, mientras el gobierno avanza su propia agenda de reformas, al margen de un eventual debate en el CES.

    Como ejemplo de esto que acabamos de decir, podemos citar las siguientes acciones del gobierno en paralelo a la pasividad de las mesas correspondientes:                    - MIGRACIÓN: Inició del muro fronterizo con fines propagandísticos.                         - HIDROCARBUROS: Reforma de la ley de hidrocarburos sin consulta previa.                                          - TRANSPARENCIA: Elaboración ley de fideicomiso público sin ninguna consulta.             Modificación de la ley de compras y contrataciones.    - TRANSPORTE: Reordenamiento del sistema de transporte público.                                        - SALUD: Declaracion unilateral del fin de la pandemia Covid-19.                - ENERGÍA: Fideicomiso de Punta Catalina sin sustento legal. 

   La mejor demostración de que este diálogo en el CES constituye solo  una estrategia política diversionista del gobierno, es su marcado interés en el tema de la reforma constitucional y el involucramiento directo del presidente Luis Abinader, en respuesta a la retirada de los partidos de oposición de la mesa de transparencia e institucionalidad. El gobierno se ha lanzado,  a capa y espada, a defender su engañosa propuesta de reforma y el presidente Abinader, en persona, ha enfrentado  de manera ríspida a los principales líderes de la oposición; además de desatar una brutal campaña de descalificación y falsos relatos a través de las  redes sociales y otros medios de comunicación escritos y electrónicos.

    En las circunstancias presentes, habría que preguntarse entones,  ¿Para qué sirve  el diálogo en estos momentos, que no sea para oxigenar la imagen de un gobierno agobiado por la crítica por su mala gestión de la crisis económica y abandono de los más pobres?.

    ¿No sería más productivo dedicar tantas horas de trabajo y reunión en el diálogo del CES para procurar soluciones a los graves problemas que afectan hoy a  toda la sociedad, como la inflación, el desempleo y la seguridad ciudadana?.
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