REDACCIÓN INTERNACIONAL.– La invasión de Ucrania por parte de Rusia amenaza con "agravar seriamente la inseguridad alimentaria" en todo el mundo debido al papel de ambos países como gigantes exportadores de cereal y fertilizantes, encareciendo los productos, avisó hoy la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
"Las perturbaciones de la cadena de suministro y la logística de la producción de cereales y semillas oleaginosas de Ucrania y Rusia, así como las restricciones a las exportaciones rusas, tendrán importantes repercusiones para la seguridad alimentaria", se lee en un informe, firmado por el director de la FAO, el chino Qu Dongyu.
El temor de este organismo de Naciones Unidos deriva de que tanto Ucrania como Rusia son pesos pesados en la exportación de cereales -acumulan un tercio de las exportaciones- y también, pero no menos importante, de los fertilizantes usados en los campos de medio mundo.
Para muestra un botón: Rusia es el mayor vendedor de trigo del planeta, mientras que Ucrania es el quinto, y ambos proporcionan el 19% del suministro de cebada, el 14% del trigo y el 4% del maíz del planeta, y venden el 52% del aceite de girasol.
Las “perturbaciones” del conflicto a buen seguro impactarán en el mercado global por la “dependencia” a estos dos países en guerra.
Basta pensar que unos cincuenta estados obtienen el 30% “o más” de su suministro de trigo de Rusia y Ucrania. Muchos son pobres o en vías de desarrollo, en África septentrional, Asia u Oriente Próximo, pero otros de Europa, más ricos, dependen de sus fertilizantes.
Todos estos factores encarecerán, como ya está ocurriendo, los alimentos, cuyos precios emprendieron la senda alcista desde el segundo semestre del 2020 y alcanzaron su “nivel máximo histórico” el pasado febrero a causa de la alta demanda, los costes de insumos y transportes y las “perturbaciones” en los puertos del planeta.
A lo largo del 2021, el trigo y la cebada fueron un 31% más caros y los aceites de colza y de girasol, un 60%.
Por otro lado, el precio de la urea, un fertilizante nitrogenado esencial, aumentó en un 300% en los últimos doce meses, debido a la elevada demanda y a la volatilidad del coste del gas natural.