Londres (AP).- La incidencia del coronavirus en Gran Bretaña alcanzó cifras récord: se calcula que 1 de cada 13 personas estuvo infectada por el virus en la última semana, según los últimos datos de la oficina británica de estadísticas.
Las tasas de hospitalización y mortalidad han vuelto a subir, aunque el número de decesos causados por el coronavirus es relativamente bajo comparado con los datos de principios de año. Sin embargo, las últimas cifras indican que el repunte importante de los contagios que comenzó a finales de febrero —cuando el primer ministro, Boris Johnson, retiró todas las restricciones en Inglaterra— continuó también en marzo.
La publicación de los datos coincidió con el final de las pruebas rápidas gratuitas para la mayoría de la población de Inglaterra, en el marco del plan de Johnson para “coexistir con el COVID”. Quienes no tengan problemas de salud previos que los hagan más vulnerables al virus tendrán que pagar por los tests para saber si están infectados.
“La estrategia gubernamental de `coexistir con el COVID’, consistente en eliminar cualquier tipo de mitigación, aislamiento, pruebas gratuitas y una parte considerable de nuestra vigilancia, no es más que ignorar a este virus de cara al futuro”, afirmó Stephen Griffin, profesor adjunto de la Facultad de Medicina de la Universidad de Leeds.
“Esta incidencia descontrolada pone en peligro la protección que ofrecen nuestras vacunas”, agregó. “Nuestras vacunas son excelentes, pero no son la panacea y no se debe dejar que soporten solas la carga del COVID”.
Más del 67% de la población británica de más de 12 años ha recibido la dosis de refuerzo de la vacuna. A partir del sábado, en Inglaterra se podrá solicitar la vacuna para los niños de entre 5 y 12 años.