Santo Domingo,- El experto en derecho constitucional Namphi Rodríguez advirtió sobre los efectos indeseables e injustificables que pudiera causar la ley de Extinción de Dominio en los terceros adquirentes de buena fe.
Rodríguez explicó que en el caso de una persona que adquiere un bien que en ese momento se encuentra en un estatus de legalidad pública, y que el Estado no lo ha declarado ilegal, y como el juicio de extinción de dominio es de carácter civil al patrimonio, indistintamente de quién es la persona, si es el sindicado o un tercero, ese adquiriente de buena fe se puede ver envuelto en situaciones indeseables e injustificable.
Agregó que esa situación es indeseable e injustificable, porque si el Estado, en el momento en que se adquiere de ese bien, no es capaz de ponerlo en estado de alerta, no se le puede pedir a ese ciudadano que tenga más capacidad de conocer lo que el Estado desconocía.
Entrevistado por Héctor Herrera Cabral en el programa D´AGENDA que cada domingo se difunde por Telesistema Canal 11 y TV Quisqueya para Estados Unidos, el reconocido jurista dijo que para que el tercero de buena fe no pueda adquirir dicho bien, el Estado debe colocarle un bloqueo legal.
Pidió que se atiendan las razones de derecho que se están esgrimiendo, que se analicen de manera sosegada en el Congreso, y recordó que ya hay figuras similares al tema de la extinción de dominio, y sería interesantes hacer esos ejercicios comparativos.
“Creo que ya el tema de la retroactividad está suficientemente debatido en la opinión pública, y si quisiera llamar la atención sobre un tema que no he visto que se haya tratado, que es la posición de los terceros adquirientes de buena fe, es decir una persona, en un momento en que un bien se encuentra en un estatus de legalidad pública y que el Estado no lo ha declarado ilegal, viene y compra ese bien, y se puede ver en una situación indeseable e injustificable”, insistió el académico y doctrinario.
Recalcó que un tercero adquiriente de buena fe que ha adquirido un bien, y al momento de adquirirlo el Estado no ha sido capaz de ponerlo en estado de alerta, de bloquearlo desde el punto de vista de los registros públicos, posteriormente no se le puede pedir a ese ciudadano que tenga más capacidad que el Estado.
“Entonces hacerle un juicio de extinción de dominio, por eso llamo la atención, porque no es un juicio a la persona, es un juicio a bienes de orígenes, o que se están utilizando en actividades ilícitas, por lo tanto, puede ser perfectamente que una persona compre un bien de origen ilícito, pero lo compra de buena fe”, recalcó.
Namphi Rodríguez advirtió que esas son situaciones que hay que tenerlas a la vista, y recomienda al Congreso darse el tiempo necesario para hacer una ponderación jurídica sobre este asunto.
“Que va más allá del simple debate y los intereses de los políticos de turno, estamos hablando de derechos de los ciudadanos, y sobre todo de terceras personas que se pueden ver involucradas en estas clases de procesos, cuando han sido adquirientes de buena fe”, enfatizó.