Santo Domingo RD .- Nací en Nueva York, pero mi familia es dominicana. Me siento completamente conectado con mis raíces, ya que dentro de las puertas de mi casa me sentía en la República Dominicana, así se expresa el criollo que ocupa la portada de Agosto de la revista de moda más influyente en el mundo.
Quince años en el mundo de la danza contemporánea le marcaron el camino hacia su trabajo actual de fotógrafo.
Luis Alberto Rodríguez cumple el gran sueño de cualquier modelo, diseñador o fotógrafo ser parte de la portada de esta publicación.
empezó a trabajar con Vogue en 2020, luego de que se pusieran en contacto con él para hacerle una sesión fotográfica a la modelo Precious Lee, una de las más cotizadas en las pasarelas internacionales. Después de ahí, se mantuvo colaborando de forma esporádica con la revista hasta que le llegó la gran oportunidad.
La portada es protagonizada por dos modelos de ascendencia africana que representan la diversidad a la que apuesta la industria hoy en día. De hecho, es la primera vez que dos mujeres de color posan para la cubierta de la edición francesa de la prestigiosa revista y que aparece un ‘hiyab’ (velo que usan las musulmanas para cubrir su cabeza).
“Para mí fue algo muy espiritual y mágico. Yo quería que en la foto se reflejara esa hermandad y apoyo que tanto hace falta en la actualidad”, comenta. El fotógrafo añade que quería captar con su cámara la belleza negra con la que muchas mujeres pueden sentirse representadas.
“Me siento muy afortunado de poder dar visibilidad a esas mujeres que quizá no son las que están al frente y en el centro, pero que de alguna manera nos representan a todas las personas de color”, expresa. A su consideración, el hecho de que la portada pertenezca a la edición francesa le da aún más valor, ya que se trata de un país donde la raza todavía es un tema tabú.
Lo curioso de todo es que Luis Alberto nunca soñó con ver su nombre en una revista de moda y mucho menos una de la talla de Vogue. “Yo fui bailarín profesional por mucho tiempo y no tenía nada que ver con la moda, así que no puedo decir que siempre soñé con esto”, aclara. Sin embargo, poco a poco fue incursionando en la fotografía en la que encontró una nueva pasión.
Para él, la fotografía es un arte a través de la cual puede dar visibilidad a la diversidad. “La moda ha cambiado y eso se evidencia con las modelos dominicanas, que han roto estereotipos”. Dice sentirse orgulloso de ser el primer dominicano en hacer una portada para Vogue y espera que su logro sirva de motivación para otros.
Cuando trabajaba en las compañías de danza me pasaba el tiempo estudiando y analizando a mis colegas mientras bailaban y anticipaba los momentos que debían ser fotografiados. Pestañeaba rápidamente cada vez que veía un momento especial. Era una meditación, dice Rodríguez.
Has vivido en New York y en varios países europeos como España, Alemania, Reino Unido y Suecia
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