Como parte de una cobertura noticiosa realizada por los equipos de prensa de ACD Media, para nuestro noticiero estelar En Noticias y nuestros otros medios, se produjo un video del instante en que nacionales haitianos, desesperados por la violencia y el caos en Haití, y ante la tardanza de las autoridades del país vecino en abrir dicha puerta, ubicada en el lado haitiano de la frontera, en avalancha, saltaron por encima del portón de hierro que divide la parte de su frontera de la nuestra.
Esa puerta metálica, ciertamente está ubicada del lado haitiano, la cual da acceso a un tramo de la frontera entre ambas naciones conocido popularmente como “tierra de nadie”, luego de lo cual se tiene acceso a la puerta que comunica con tierra dominicana.
Pretendidamente se ha intentado insinuar que los nacionales haitianos no cruzaron la puerta… y sí, si saltaron por su propia puerta divisoria, y caminaron hacia el territorio dominicano, territorio criollo, que ciertamente esta reforzado en su vigilancia y control.
En todos nuestros reportes fuimos objetivos en señalar que haitianos intentaron cruzar al lado dominicano, no que lo hicieron.
Todos conocen la verticalidad y veracidad con que informamos, nuestra historia periodística está ahí, pero más aún, el video que recoge el hecho, terco, cierto, objetivo y contundente, que muestra como haitianos cruzan su propia puerta para venir hacia la puerta de la República Dominicana está ahí, esa fílmica vuelve a mostrar una verdad histórica: que una imagen vale más que un mil palabras.
Eso lo corrobora esta otra imagen divulgada por el propio Ministerio de Defensa de la República Dominicana. Las imágenes oficiales son las mismas que la divulgada por nuestros medios, en igual y diferentes planos.
La puerta de la frontera, del lado de la República de Haití está ahí, sus nacionales pueden cruzarla como entiendan, la que debemos asegurar es la puerta nuestra, que también está ahí, a pocos metros de la suya, la cual debemos cuidar y proteger. No intentemos tapar el sol con un dedo hoy, para que mañana no nos toque lamentar nuestro descuido.