Puerto Príncipe (PRENSA LATINA).- Al menos 12 reclusos murieron en prisión en un mes, denunció la Oficina de Protección del Ciudadano (OPC), que calificó de catastróficas las condiciones de las cárceles civiles de Haití.
El organismo estatal defensor de los derechos humanos deploró que las prisiones civiles de Les Cayes, Saint Marc, Jeremie, Fort Liberté, Jacmel, Petit-Goâve y Puerto Príncipe sufren una grave escasez de alimentos desde hace varias semanas.
Como resultado de estas condiciones, del 23 de agosto hasta el 27 de septiembre, se registraron unas 12 muertes por desnutrición y falta de atención médica adecuada, criticó la organización.
Los tres últimos casos se reportaron en la comisaría de Petit-Goâve, donde las imágenes que se han hecho virales permiten evocar graves violaciones de los derechos humanos, en particular del derecho a la vida, el derecho a la salud y el derecho a la alimentación, lamentó la entidad en un comunicado.
La OPC estima que el hacinamiento es una de las causas principales de esta «caótica» situación, además del uso de la prisión preventiva prolongada, asociado a la incapacidad de las autoridades judiciales de asumir sus responsabilidades y cumplir con los plazos previstos.
Ante una tasa de más del 90 por ciento de prisión preventiva prolongada, la organización advirtió que si no se toman medidas urgentes, podrían encontrarse ante una «catástrofe humanitaria» y alentó a los familiares de los reclusos a denunciar las violaciones de derechos humanos.
En agosto la Oficina de Naciones Unidas en Haití (Binuh) denunció que durante los primeros ocho meses fallecieron 97 reos, de ellos 20 solo en el mes de junio.
La Binuh señaló que las condiciones actuales de los centros penitenciarios son inaceptables y plantean graves problemas de derechos humanos, mientras la tasa de ocupación de las cuatro principales cárceles es del 401 por ciento, con una grave crisis alimentaria y de suministros médicos.
Además, el acceso de los detenidos a la atención médica es casi inexistente con solo un galeno por cada mil 16 reclusos y los reos dependen casi totalmente de los cuidados que les prestan las organizaciones benéficas, con lo cual las condiciones de detención se consideran en sí mismas constitutivas de «tortura», afirmó el organismo internacional.