Miles de haitianos tomaron las calles de Puerto Príncipe y otros puntos del país para protestar en contra del posible despliegue militar de tropas extranjeras, que incluiría a fuerzas de EE.UU. y Canadá.
Los descontentos también piden la renuncia del primer ministro, Ariel Henry, cuyo gobierno solicitó la intervención militar extranjera, según reseña el portal Gazette Haití.
Los ciudadanos atendieron el llamado que hizo el líder del partido Pitit Desalin, Moïse Jean Charles, para tomar las calles. En Puerto Príncipe, la concentración inicial se hizo en el Campo de Marte, el parque público más grande del centro de la capital, para luego dirigirse a la zona del aeropuerto.
También, se han dirigido a la sede de la embajada de EE.UU., ubicada en Tabarre, un suburbio a las afueras de Puerto Príncipe, en la que ya se ha instalado un fuerte contingente de seguridad en su entrada.
Los manifestantes levantaron barricadas, incluyendo llantas en llamas en algunas calles. Los pequeños comerciantes se vieron obligados a cerrar.
Además de Puerto Príncipe, hay movilizaciones en Pétion Ville, Carrefour, Jacmel, Cité Soleil, Cabo Haitiano y Juana Méndez (Wannament).
El Gobierno de Haití pidió el envío de tropas extranjeras para hacer frente al aumento de la inseguridad en el país caribeño, ante la actividad de bandas armadas.
El sábado pasado, las autoridades de EE.UU. y Canadá informaron, en un comunicado conjunto, sobre la llegada de aviones militares de estos países a Puerto Príncipe "para transferir equipos de seguridad vitales" adquiridos por Haití.
El envío incluye "vehículos tácticos y blindados", así como otros suministros para la Policía Nacional de Haití (PNH), detalla el texto.
"Este equipo ayudará a la PNH en su lucha contra los actores criminales que están fomentando la violencia e interrumpiendo el flujo de asistencia humanitaria que se necesita con urgencia, obstaculizando los esfuerzos para detener la propagación del cólera", dice el comunicado.
Asimismo, EE.UU. y Canadá señalan que, en coordinación con socios internacionales, están trabajando para "fortalecer la capacidad de Haití para capacitar a más oficiales de policía y mejorar las operaciones de aplicación de la ley".
Un día después, a través de su cuenta en Twitter, Henry dio la bienvenida a ese primer lote de suministros.
"En nombre de mi gobierno y del pueblo de Haití, doy la bienvenida a la llegada del primer lote de materiales y equipos que encargamos para la PNH. Reiteramos nuestro firme compromiso de equipar mejor a nuestra policía en la lucha contra el bandolerismo, con miras a restaurar el orden y la paz en el país", escribió.
Entretanto, EE.UU. y México han propuesto el despliegue de una fuerza internacional en el país caribeño.
Durante una sesión especial del Consejo de Seguridad, celebrada este lunes, la embajadora de EE.UU. en la ONU, Linda Thomas-Greenfield, presentó un proyecto de resolución en el que se pide "una misión limitada, cuidadosamente dimensionada, no perteneciente a la ONU y dirigida por un país aliado con una experiencia profunda y necesaria".
Según la alta diplomática, no se trataría de una misión de la ONU, sino de una resolución estadounidense-mexicana, que debe ser aprobada por el Consejo de Seguridad y a la que se otorgaría autoridad para usar la fuerza en caso necesario.
Por su parte, Rusia y China se mostraron cautelosos ante esta propuesta e instaron a sopesar cuidadosamente todas las consecuencias de la posible intervención.
"Es inaceptable la intervención externa en los procesos políticos de Haití y la subordinación de ese país a las ambiciones de destacados actores regionales que ven el continente americano como su patio trasero", declaró el representante permanente adjunto de Rusia ante la ONU, Dmitri Polianski.
Añadió que Rusia ha estudiado todas las medidas que para resolver la situación ha presentado el secretario general de la ONU, António Guterres, pero al mismo tiempo "llama la atención sobre los diferentes puntos de vista de la sociedad haitiana sobre la cuestión", ya que "muchos grupos de la oposición piden que no haya intervención extranjera".
"Instamos a que se tengan en cuenta estas opiniones y a que se sopesen cuidadosamente todas las consecuencias de la entrada a la isla de contingentes extranjeros, internacionales o regionales", subrayó.
Mientras tanto, Geng Shuang, embajador adjunto de China ante la ONU, preguntó si la población de la nación isleña deseaba la llegada de militares extranjeros. "En un momento en que el Gobierno haitiano carece de legitimidad y es incapaz de gobernar, ¿el envío de una fuerza de acción rápida a Haití recibirá allí la comprensión, el apoyo y la cooperación de las partes, o se enfrentará a la resistencia o incluso desencadenaría una confrontación violenta de la población?", inquirió.