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Las lluvias ininterrumpidas azotan todo el país africano desde hace semanas. Más de un millón de personas han sido desplazadas por una emergencia que podría durar hasta finales de noviembre. Se teme por las cosechas, ya dañadas por los conflictos armados en el noroeste.
Más de seiscientas personas han muerto a causa de las inundaciones que afectan actualmente a Nigeria. Un acontecimiento que se produce anualmente, pero que no ha tenido consecuencias tan graves desde hace más de una década. 33 de los 36 estados de Nigeria se han visto afectados por la catástrofe, especialmente los estados costeros de Anamba, Delta, Cross River, Rivers y Baylesa.
Más de dos millones y medio de personas se vieron afectadas, más de 2.500 resultaron heridas y más de 1,3 millones de personas tuvieron que abandonar sus hogares anegados. Las autoridades locales están rescatando a las víctimas, y la Ministra de Asuntos Humanitarios, Sadiya Umar Farouq, ha instado a las personas que viven cerca de los canales de agua en los cinco estados de mayor riesgo a que abandonen sus hogares ante las inminentes y nuevas inundaciones que se esperan en las próximas semanas y hasta finales de noviembre.
"Algunos estados nigerianos no estaban preparados para las inundaciones", dijo Farouq, precisando que más de 82.000 viviendas fueron destruidas, además de 330.000 hectáreas de terreno, incluyendo carreteras e infraestructuras estratégicas. "Estamos trabajando para devolver la situación a la normalidad", dijo el presidente Muhammed Buhari, que aprobó la asignación de 12 mil toneladas de grano para los afectados.
Se teme que las inundaciones puedan poner en peligro el suministro de alimentos para esta temporada, en un país donde las cosechas ya están comprometidas por los conflictos armados en las regiones del noroeste y el centro. Se trata de las zonas más productivas de Nigeria, donde ya hay tres millones de personas desplazadas.
