Una palabra puesta de moda por los altos dirigentes del gobierno peledeísta encabezado por el expresidente Danilo Medina, fue “percepción”; según el diccionario de la Real Academia Española, ese vocablo denota el efecto de percibir, y este efecto de percibir, tiene tres acepciones de las cuales, la más cercana a esta conveniencia es “captar imágenes o sensaciones externas”.
La percepción popular de que el expresidente Medina, respaldaba a una de las contendientes, condicionó la pasada competencia del Partido de la Liberación Dominicana; aunque el Expresidente dijo que él no apoyaba a ningún precandidato, sus allegados más cercanos, como José Ramón Peralta, Danilo Diaz, Cristina Lizardo y Simón Lizardo entre otros, respaldaban abiertamente a doña Margarita Cedeño.
La comunidad política nacional pensó que doña Margarita Cedeño era la candidata del danilismo; y la militancia del PLD reaccionó pensando de la misma manera. En una vieja percepción, los militantes de base y los simpatizantes de este partido, están convencidos de que Danilo Medina es el derrotado del 2020 y el culpable de la vergüenza de los actos deshonestos que ellos cargan por las calles.
En resumen, las bases y los simpatizantes enconados contra Danilo Medina en ese partido, encontraron la ocasión para castigar a quién consideran el culpable de su desgracia.
Vemos algunos hacedores de opinión, extrañados de la baja votación manifiesta en el pasado evento; y no toman en cuenta que, el PLD está en una condición de sueño de baja moral e inmovilidad emotiva, que tendrá que ser despertado por el entusiasmo y el carisma de quien esté destinado a ser su candidato presidencial en el próximo certamen del 2024.
De un padrón de un millón 700 mil y tantos registrados por el PLD ante la Junta Central Electoral, la votación validada por la consulta fue de 502, 262 votos, de los cuales el ganador obtuvo 301, 664 votos, para un 62.88%; con trampa o no, como argumentan algunos, la diferencia es demasiado grande para el pataleo post consulta.
Las perspectivas que se abren frente al país político luego de este evento son varias:
1- Abel Martínez puede desplegar su encanto e ilusionar al electorado nacional, a punto de revivir la maquinaria electoral de un PLD aletargado por los desencantos y los fracasos de la última década.
2- El precandidato Martínez puede entrar en conflicto con los mandos tradicionales del peledeísmo, y cocerse ardiendo en la salsa de su reciente triunfo.
3- Danilo Medina puede bajar la cerviz, y permitir que el precandidato de su partido asuma el liderazgo para cualquier eventualidad política.
4- La terquedad y la soberbia pueden dividir la casa, entre un candidato rodeado de un equipo externo, y unos dirigentes tradicionales descreídos de su autenticidad.
En cualquier escenario, Abel Martínez ha recibido un mandato oficial del partido que le autoriza a representarlo en las elecciones del 2024, sea como competidor o como un negociador legalizado.
Este evento acaba de jubilar al expresidente Danilo Medina; ya no puede utilizar al PLD como coraza de negociación; pero también acaba de desarmar al gobierno de Luis Abinader, para seguir extorsionando e inmovilizando al PLD por los bochornos del gobierno de Danilo Medina.
A partir de ahora, el temblor se muda a las rodillas de los dirigentes del PRM; el temor de ver los sectores adversos al gobierno de Luis Abinader fortalecidos, les aterraba. Por un lado, La Fuerza del Pueblo y Leonel Fernández con una sólida estructura nacional, y por otro lado al PLD en camino a dilucidar sus conflictos internos.
La suerte está echada, la consolidación de la posición política de Martínez a lo interno del PLD, crea un problema a la mesa de 3 patas, en la negociación de Hipólito Mejía, Luis Abinader y Danilo Medina; creemos que las fichas han rodado por el suelo.