Puerto Príncipe, Haití (EFE).-El ex candidato presidencial haitiano y secretario general del partido Rassemblement des Démocrates Nationaux Progressiste (RDNP), Eric Jean Baptiste, fue asesinado la noche de este viernes en Puerto Príncipe junto a su guardaespaldas por el poderoso grupo armado conocido como Ti Makak.
El primer ministro de Haití, Ariel Henry, condenó "enérgicamente este crimen atroz" y ofreció sus condolencias a los familiares de Baptiste, cuyo vehículo fue atacado a tiros cuando se dirigía a su residencia en la zona de Laboule 12, en Pétion-ville, un residencial de clase alta.
"La esperanza de vida en Haití es de 24 horas", escribió en Twitter el líder político unos días antes, en un mensaje en el que daba las gracias a Dios por proteger, entre otros, a Roberson Alphonse, un periodista que sobrevivió a un intento de asesinato. "¿A quién le tocará después? ¿Tendrá la misma oportunidad?", agregó Baptiste, en ese momento.
El asesinato recibió la repulsa de Henry, así como de la embajada de Francia en Haití, entre otros sectores. "El horrible asesinato del líder político Eric Jean Baptiste y de su guardaespaldas ha sumido, una vez más, a la nación haitiana en la confusión", reaccionó Henry en su cuenta de Twitter.
"Condenamos enérgicamente este crimen atroz contra este patriota, este político moderado y comprometido con el cambio", continuó Henry, ofreciendo, en nombre del Gobierno y del pueblo haitiano, sus "sinceras condolencias" a las familias de las víctimas, al RDNP y a la clase política, ahora "revuelta por este crimen atroz".
La zona de Laboule 12, donde viven los ricos de Haití, está controlada desde hace algunos años por el grupo armado Ti Makak, que mató hace unos meses al exsenador Yvon Buissereth.
Eric Jean Baptiste, que ya se libró de un intento de asesinato hace años, sucedió a Mirlande Hyppolite Manigat al frente del partido político RDNP en 2018.
También era conocido por dirigir una fundación con su nombre, que trabaja en varios barrios y regiones precarias del país.
Al menos el 60 % del área metropolitana de Puerto Príncipe está controlada por grupos armados que secuestran, matan, roban y violan impunemente en un contexto marcado por un empeoramiento sin precedentes de la inseguridad en la capital del país más deprimido de América.