República Dominicana.-El Consejo Dominicano de Unidad Evangélica (CODUE) y toda su membresía a nivel nacional, llama la atención acerca de la “urgente” reforma moral y espiritual que necesita la sociedad dominicana, y el compromiso de las entidades que les duele el país a seguir trabajando en favor de la familia y los valores.
Hizo el llamado al celebrar el 505 aniversario de la Reforma Protestante, movimiento religioso que acontecido el 31 de octubre de 1517, cuando Martín Lutero clavó sus 95 tesis en la puerta de la iglesia de Wittenberg, Alemania.
Al recordar la celebración de este movimiento multifacético que cambió la vida en el orden social, político y económico de Europa, nos conduce a seguir poniendo en práctica la fe hacia una acción activa y amorosa al prójimo, y desarrollar en nuestros espacios de influencia una ética social de responsabilidad en todas las esferas de influencia, asumiendo el valor de la vida y la dignidad humana como seres creados a la “imagen y semejanza del Creador.
El CODUE, considera que la sociedad dominicana, atraviesa una de sus peores crisis. Crisis de valores, de ética, del respeto, de la solidaridad y sobre todo, la crisis moral y espiritual que amenaza con destruir la familia dominicana, sin dejar de mencionar la promoción de valores culturales motivados por ritmos musicales cuyo mensajes son contrarios a la “buena moral y las costumbres”.
El presidente de la entidad eclesiástica, Feliciano Lacen, estima que la familia, como columna indispensable de toda sociedad, está en decadencia y se están perdiendo los valores de la familia. La mayoría de los padres, no están criando y formando a sus hijos en valores morales, éticos, espirituales, reflejándose en la sociedad, en la vida cotidiana de las personas, en el comportamiento de los jóvenes, envenenados por una cultura foránea, que los incita a las cosas fáciles, al sexo libre, al consumo de drogas y alcohol.
La Iglesia llamada a “ser sal y luz”
El representante de CODUE, Feliciano Lacen, considera que las instituciones morales del Estado en específico las congregaciones cristianas no importando su confesión de fe protestante, están llamadas a cumplir el requisito fundamental de todo discípulo de Cristo: ser “sal y luz”, en una sociedad insípida y oscura que da riendas sueltas al placer, a la inmoralidad, y a lo irracional; un tipo de sociedad que atenta contra la vida de los no nacidos, y confina hasta la muerte a los ancianos, por ser una pesada carga para las familias.
Lacen explicó como las clases elites, intelectuales liberales, los medios de comunicación, las redes sociales, y los formadores de opinión, que venden sus ideas de que la homosexualidad es un estilo de vida alternativo, que el género es una construcción social, y que la unión entre personas del mismo sexo es tan moral y estable como las relaciones normales.
Explicó que al mirar a la sociedad 500 años después de la reforma de Martín Lutero, llegamos a la conclusión de que la época que nos toca vivir está totalmente “podrida”, “oscura”, y donde la moralidad ha pasado de moda. Una sociedad caracterizada por el secularismo que amenaza nuestra civilización entera de los esfuerzos loables que se realizan desde las instituciones de fe cristiana-evangélica.
Una fe activa y una ética trascendente hacia afuera
Al celebrar los 505 años del movimiento de la Reforma Protestante, el pastor Feliciano Lacen Custodio, dice que es necesario a ahora más que nunca la práctica de una fe viva, que provoca la salida del sujeto hacia una acción activa y amorosa al prójimo y una ética social de responsabilidad en todas las esferas de la vida, asumiendo el servicio y la vocación como valores supremos de la vocación ante Dios.
El representante de CODUE y toda su membresía, es partidaria de que se debe promover como lo hicieron los reformadores en su tiempo, una ética social que vigile, promueva y auspicie estructuras que rijan y normen la vida civil y política, por eso las iglesias, en esa dimensión, es comunidad que vive, proclama y se nutre por la Sagradas Escrituras como fuente de autoridad, debe influir de manera permanente a la esfera civil para promover un gobierno justo y eficiente que piense en lo que tienen menos oportunidades de sobrevivencia.
La entidad eclesiástica, sostiene que este sentido la iglesia como cuerpo de Cristo, tiene la tarea constante de reformarse y poner en contexto su mensaje y fe, convirtiéndose en un agente transformador en la historia. Cumpliendo el principio protestante que afirma: “un sí evangélico como elemento constitutivo de su fe y un no protestante como signo de indignación y una postura ética y profética contra la injusticia y a favor de la justicia y la liberación”.
El Consejo Dominicano de Unidad Evangélica (CODUE), sostiene que es necesario cumplir la responsabilidad de dar testimonio acerca de lo que creemos y confesamos, estamos comprometidos con cumplir la misión de que otros conozcan de Jesús; irradiar con la luz del evangelio a otros.
Al llegar a la celebración de este legado histórico de la Reforma Protestante, como creyentes estamos llamado a ver de manera diferente la vida presente con relación a la eternidad, a seguir cumpliendo con la gran comisión de predicar el evangelio, promover el servicio a los demás, practicar la fe y la ética, la buena moral y las costumbres, como un antídoto a las pretensiones y luchas sociales caracterizada por muchos sinsabores y tensiones.