Desde El Ejido en Santiago de los Caballeros, pasando por el barrio Enriquillo en el sector de Herrera, y llegando a Villa Mella en Santo Domingo Norte, permea un solo murmullo de miedo y desesperanza; la violencia y la inseguridad han tomado sus calles y los ciudadanos dudan si volverán a sus hogares sanos y salvos cuando se ven obligados a salir de sus casas.
Asesinatos por encargo (sicariato), crímenes en asaltos, robos a mano armada a la luz del día, unas terribles noches donde en cualquier parte de una ciudad nos puede sorprender un enfrentamiento entre bandas de delincuentes; son el producto de un gobierno dubitativo y falto de iniciativas creíbles para detener estos flagelos que quebrantan la paz social.
La vida de los hombres y mujeres de trabajo, no vale un comino en un país donde por cualquier quítame esta paja, alguien blande un arma de fuego para amenazar o para disparar a mansalva.
Nadie se siente seguro, ni en la calle, ni en la puerta de su casa hablando por un celular; estos aparatos atraen a los ladrones como la miel a las abejas; los semáforos de las avenidas principales, son puntos de tensión y de terror para los conductores, existen diferentes trucos para atraer la atención de las personas, antes de despojarlos de alguna propiedad.
El director general de la policía Nacional, acaba de afirmar que los niveles de credibilidad y confianza de esta institución son los más altos de su historia; y dice el mayor general Alberto Then que esto se debe al apoyo recibido del presidente Abinader; sin embargo, a la población la inunda el miedo, y los criminales viven su mejor momento.
Pero, la realidad es que el caos que describimos era de esperarse; en un país donde el jefe de Estado toma decisiones que aparentan salir del sombrero de un mago, y no del raciocinio de un político con estatura de estado; ¿Cuál fue la motivación que llevó al Presidente a imponer la tasa cero en importaciones de productos, en detrimento de la producción nacional?
Debió retractarse de esta decisión, inmediatamente se le demostró que era lesiva al interés nacional; no, no lo hizo entonces, lo hace ahora, tres meses después, cuando ya la estocada está dada a nuestros sectores productivos y sus allegados saciaron su hambre de negocios fáciles con las importaciones.
La mesa de transformación de la policía nacional surgió, en un momento en que la criminalidad y la violencia se enseñoreaban en todo el país, como ahora; hace unos meses que no se menciona y nada se sabe de sus estudios; es posible que ahora vuelva a la memoria del Ministro de Interior y Policía.
Ojalá que el presidente Abinader, comience a darle más importancia a la seguridad pública, que a la inauguración de puentes peatonales para buscar cámaras en busca de reelección.