Según estadísticas de la entidad internacional Human Rights Watch, Estados Unidos es el país que más niños haitianos ha deportado y además lidera la cantidad de esos ciudadanos repatriados en los últimos años.
Hasta lo que va de año dicha nacional ha repatriado a 20,309 personas a Haití incluyendo 5.004 niños.
Asimismo, la Organización Mundial de las Migraciones indicó que Cuba y las Bahamas enviaron de regreso a por lo menos otros 10 niños no acompañados.
Del 19 de septiembre de 2021 al 14 de febrero de 2022, EE. UU. envió a Haití unos 2.300 niños y niñas de padres haitianos que habían nacido en el extranjero, informó la OIM. Cerca de 1.600 de esos niños nacieron en Chile, 580 en Brasil y 140 en otros países, como Las Bahamas, Argentina, México y Venezuela.
La mayoría de los haitianos repatriados por EE. UU. salieron de su país hace años, huyendo de la violencia, la falta de oportunidades económicas o las consecuencias del devastador terremoto de 2010, según la OIM y las personas repatriadas entrevistadas por Human Rights Watch. La mayoría vivía en Chile o Brasil. Los entrevistados dijeron que abandonaron esos países debido a la discriminación, la desaceleración económica debido al impacto del COVID-19 y, en Chile, la dificultad de obtener estatus legal. Le explicaron a la OIM y a Human Rights Watch que, como sabían sobre la crisis económica y de seguridad en Haití, decidieron dirigirse a Estados Unidos, cruzando el hemisferio en autobús y a pie.
Haitianos que estuvieron en centros de detención fronterizos de EE. UU. —que posteriormente fueron expulsados en virtud del Título 42— han denunciado duras condiciones, incluyendo alimentación insuficiente, falta de acceso a duchas o productos de higiene durante semanas y falta de atención médica, incluso para niños que estaban sumamente débiles a raíz del viaje por el hemisferio, informaron a Human Rights Watch agencias de la ONU y los entrevistados. Personal de la OIM en Puerto Príncipe informó a Human Rights Watch que tuvieron que atender a algunos niños que llegaron deshidratados.
Algunos repatriados informaron que los agentes fronterizos estadounidenses les quitaron ropa, teléfonos, dinero en efectivo y documentación personal, y que les devolvieron algunas de sus pertenencias, pero no todas, al enviarlos de regreso a Haití. Una familia le contó a Human Rights Watch que un guardia estadounidense rompió sus documentos personales delante de ellos, incluyendo los certificados de nacimiento chilenos de sus hijos.
La OIM y Human Rights Watch recibieron testimonios de que las parejas son separadas y detenidas en diferentes centros fronterizos en EE. UU., sin darles información acerca de la situación de la otra persona. Repatriados y representantes de la OIM dijeron a Human Rights Watch que personas expulsadas desde Texas —pero no desde otros estados— viajaron encadenadas en el avión. Funcionarios haitianos les quitaron los grilletes al llegar a Haití.