Desde el año 2003 se celebra en todo el mundo el Día Internacional contra la Corrupción, una efeméride creada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), con el objetivo de frenar y eliminar en todos los países miembros los actos de corrupción por parte de aquellos hombres y mujeres que se aprovechan de un cargo de poder para enriquecerse a cargo de los demás.
Según datos de la misma ONU, cada año se pagan aproximadamente un billón de dólares en sobornos, eso sin contar que se calcula que durante el mismo periodo se suelen robar 2,6 billones de dólares mediante la corrupción, esto implica un total del 5% del producto interior bruto (PIB) mundial.
Esta cifra es sobre todo perjudicial en los países en desarrollo, donde el dinero que se pierde es diez veces mayor al dinero que se dedica para asegurar una calidad de vida acorde a los ciudadanos.
«A 20 años de la Convención de la ONU: uniendo al mundo contra la corrupción». Este es el tema de la campaña para 2022 y marca el inicio de los esfuerzos para celebrar el vigésimo aniversario de la convención de la ONU contra la corrupción.
Durante 2023 se reflexionará sobre un mundo mejorado gracias a la aplicación de esta norma, y sobre todo pensar qué brechas quedan para que esta herramienta sea un instrumento verdaderamente útil para terminar con la lacra de la corrupción.
El índice de percepción de la corrupción (IPC), es una valoración que realiza un grupo de expertos a través de encuestas a la población, para saber la percepción que tiene la gente con respecto a los niveles de corrupción de sus gobernantes o el sector público en general.
La escala de evaluación va desde 0 que indicaría un alto nivel de corrupción a 100 que representa muy bajos niveles de corrupción.
En el 2018 los países cuyo índice era mayor fueron Dinamarca y Nueva Zelanda con una calificación de 88 y 87 respectivamente, lo que los cataloga como los países más limpios del mundo en cuanto a actos corruptos.