República Dominicana.-La organización cívica no partidista Sed de Justicia, advirtió un rezago en la lucha contra la corrupción y la impunidad, y lo atribuye a falta de voluntad política por parte del presidente Luis Abinader y la apatía de gran parte de la sociedad, haciéndola perder el impulso inicial.
También atribuyó responsabilidad en el desencanto de la población a jueces de sistema de justicia que están obrando de manera complaciente con ex funcionarios gubernamentales acusados por el Ministerio Publico de grandes desfalcos contra el Estado y, “son favorecidos con órdenes de libertad pura y simple o medidas de coerción extraordinariamente flexibles ante la gravead de los delitos atribuidos.
El presidente de la entidad, el empresario financista y estratega de comunicación Franc Rosario, observa que determinados jueces no actúan bajo los principios constitucionales que imponen la igualdad ante la ley, “pues pocas veces obran diligentemente para dejar en libertad a personas acusadas de delitos menores, como el robo de un salchichón, aunque hayan cumplido sus condenas, pero echan mano a los códigos garantistas para sacar de las cárceles a delincuentes de cuello blanco”.
Sobre el presidente Abinader y su gobierno, le reprochó que dos años y 4 meses después de llegar al Poder bajo promesas de campaña contra la corrupción y la impunidad, no ha sometido a la Justicia a ningún ex funcionario, y mucho menos a sus propios funcionarios señalados como presuntos corruptos por la prensa especializada.
Rosario volvió a destacar el coraje de la Procuraduría General de la República, bajo el liderazgo de la magistrada Mirian Germán Brito, al someter a la Justicia a integrantes de poderosos clanes de corrupción, que convirtieron al Estado en una piñata durante los gobiernos de Danilo Medina Y Leonel Fernández, pero se lamentó de que el brazo justiciero todavía no haya alcanzado a los principales responsables o cabezas de pulpo.
Sed de Justicia instó a volver a la movilización social para no permitir que los promotores, “cómplices o beneficiarios de la corrupción pública y privada terminen ganando la batalla de opinión pública, antesala para que jueces inescrupulosos o sin compromiso con el adecentamiento de la administración pública emitan fallos favorables a los corruptos”.