Santo Domingo. – El reverendo Reynaldo Franco Aquino hizo un llamado al pueblo
dominicano para que celebre las fiestas navideñas, en el marco de la prudencia evitando
el consumismo y compartiendo en familia el nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo.
En ese mismo tenor el líder religioso exhortó a los ciudadanos a dedicar tiempo para
reflexionar sobre el cambio que necesita la nación, fortalecer la convivencia, ya
que según expresa estos días debían tener un significado profundamente familiar, de
reunión, conmemoración y recuerdos.
Destacó que este año 2022 la celebración coincide con una de las más severas
exposiciones de inseguridad, violencia, recesión económica, y una de las peores crisis,
no solamente financiera, sino moral, social y espiritual.
“Invitamos a la familia dominicana a celebrar con moderación y les pedimos que oren
para que este año 2023 disminuya la violencia y, en cambio, desarrollemos acciones y
actitudes integradoras y solidarias que promuevan la paz, el bien y la convivencia
armoniosa. Navidad es tiempo oportuno para abrir puertas, para hacer resurgir la
esperanza, para que los pobres entren al banquete, participen y se queden en el mismo."
Sin embargo, cree que esa desalentadora situación no tiene que ser irreversible y puede
ser una oportunidad para aprender a valorar a las personas más allá de sus posesiones
materiales y manejar con racionalidad los recursos que se poseen.
Franco Aquino, presidente de la Asociación de Iglesias Pentecostales de Jesucristo y la
Comunidad Apostólica Internacional, sostiene que no es posible despegar un proceso de
desarrollo sustentable, de amor y reconocimiento de la dignidad, sin sanación espiritual
y emocional.
"Esta navidad no debe ser sólo para recordar a Jesús, los regalos y las fiestas, debemos
comprometernos a ser agentes de sanidad interior y transformación socio espiritual; la
navidad es la anunciación del nuevo hombre, la nueva mujer, la nueva creación y sana
convivencia."
El líder evangélico invitó al Gobierno, a la clase política, a los empresarios y los
diferentes agentes de la sociedad, a velar por la seguridad social, la paz ciudadana, en
estos momentos donde la delincuencia y el negocio del tráfico y consumo de drogas,
amenaza a las generaciones presentes y les quitan de manera paulatina la identidad al
pueblo dominicano, enviando un mensaje negativo a los adolescentes y jóvenes, de que
se puede conseguir dinero fácil y sin mucho esfuerzo.
“La Navidad es un tiempo de recogimiento, de compartir en familia, la cual está
viviendo una grave crisis de valores, amenazada en su integridad y progreso por
nuevos patrones de conducta que la están conduciendo a la inestabilidad y a la
desintegración, por lo que debemos fortalecer nuestras acciones, y analizarlas”,
Reiteró que esta época del año ofrece una excelente oportunidad para meditar, analizar y
visualizar ¿en dónde estamos?, ¿qué hemos realizado, y qué cambios debemos de hacer
para mejorar nuestra calidad de vida y la de nuestra familia?.
“Tenemos una excelente oportunidad para revisar nuestras metas. Preguntarnos: ¿Cómo
estamos en nuestra área física, familiar, espiritual, profesional y financiera? Cuando
tenemos una radiografía exacta de las áreas que debemos mejorar nos entra un espíritu
de lucha, de expectación positiva y motivación que nos da significado para vivir mejor y
disfrutar cada día porque tenemos el privilegio de vivir.
"Exhortamos a todos los dominicanos para que celebremos la Navidad en un ambiente
reflexivo que nos impulse a la reafirmación del compromiso de seguir al Señor Jesús, al
Dios-hombre que intervino en la historia humana para salvar a un mundo corrompido
por el pecado y la impiedad. Es tiempo propicio para volvernos a Dios junto a nuestros
familiares y amigos, para renacer con nuevas actitudes y valores humanos que alienten
una transformación de la sociedad dominicana corroída por la indiferencia, la ambición
y el egoísmo."
El religioso considera que esta navidad es propicia para rescatar los valores centrales de
la fe, la esperanza y el amor para que inspirados en estas virtudes, que con tanto énfasis
predicó el manso Rabí de Galilea, y volverse sensibles a las necesidades de los sectores
más desprotegidos de nuestra sociedad, renunciando al egoísmo, la soberbia y el
orgullo.
"Es tiempo de compartir con espíritu solidario, de hacer esfuerzos serios por reducir el
desequilibro social y la inequidad vergonzosa que arrastramos desde los tiempos
coloniales. Que la paz, el amor, la felicidad, la comprensión y la tolerancia sean la
tónica del inicio de una buena relación en la familia. Que la estrella de Belén y el amor
de Dios ilumine vuestros corazones" precisó.