El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, anunció en un mensaje nacional que su país descubrió un nuevo yacimiento de gas con una reserva de 58.000 millones de metros cúbicos en el mar Negro.
Días después de que Anakara anunciara sus pretensiones de reducir su dependencia de los hidrocarburos importados de 71% al 13% en 2053, el Gobierno turco informa sobre el hallazgo de este enorme depósito que abonará aún más poder económico de esta nación euroasiática.
"Nuestro buque de perforación Fatih ha descubierto 58.000 millones de metros cúbicos de reservas de gas natural a una profundidad de 3.023 metros bajo el agua", dijo Erdogan en su discurso.
El mandatario también recordó que las reservas de gas natural de Turquía en el mar Negro ascienden a 710.000 millones de metros cúbicos, con un valor de 1 billón de dólares.
El anuncio de Erdogan sucede en momentos en que los combustibles fósiles como el gas y el petróleo han registrado incrementos históricos en sus precios debido a las sanciones que ha impuesto Occidente en contra de Rusia —una de las grandes potencias energéticas del mundo— por el conflicto en Ucrania. Sin embargo, Ankara se ha negado a sumarse a las sanciones contra Moscú.
De hecho, la relación entre Rusia y Turquía preocupa a los países miembros de la Unión Europea (UE), que ven en Ankara a un aliado del Gobierno de Vladímir Putin a pesar de que el país gobernado por Erdogan es miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Este sentimiento de recelo del bloque europeo hacia Turquía se dio a conocer en una carta de Josep Borrell, alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, difundida por el medio alemán Funke Media Group.
"Nuestra nueva exploración allanará el camino para exploraciones similares en otros yacimientos geológicos adyacentes a la región. Lanzaremos nuevas perforaciones lo antes posible", comentó Erdogan, de acuerdo con declaraciones citadas por la agencia estatal de noticias turca Anadolu.
El 19 de diciembre pasado, los líderes de Turquía, Azerbaiyán y Turkmenistán se reunieron para determinar una hoja de ruta para el suministro de gas turkmeno a Turquía, en lo que parece ser una nueva alianza de frente a la crisis energética que viven los países de la Unión Europea (UE), un bloque que, antes del conflicto ucraniano, dependía enormemente del gas ruso, actualmente sancionado con topes de precio y otras restricciones.
Bruselas acordó imponer un límite al precio del gas en el marco de un mecanismo de corrección del mercado, declaró la ministra de Medio Ambiente, Energía y Emprendimiento de Malta, Miriam Dalli. A pesar de que nueve miembros del bloque votaron en contra de la iniciativa, esta fue aprobada por mayoría.
"Hay un acuerdo sobre el tope de precios y sobre cuándo puede activarse el mecanismo de corrección del mercado […]. Seguiremos vigilando la situación, sobre todo cuando hablamos del precio máximo fijado en 180 euros el megavatio-hora [MWh]", declaró Miriam Dalli a la prensa.
El presidente Recep Tayyip Erdogan también aseguró que Turquía espera una inflación inferior al 30% para fines del año siguiente. Su objetivo, dijo, es que la tasa inflacionaria sea de un dígito en 2024.
Según los datos del Instituto Nacional de Estadística de Turquía, la inflación anual se ralentizó en noviembre por primera vez en un año y medio, situándose en el 84,39%, frente al 85,51% el mes anterior.