República Dominicana.-Siguen las quejas de hombres y mujeres que trabajaron en el X Censo Nacional de Población y Vivienda, porque no han recibido completo el pago prometido por empadronamiento, pero tampoco los viáticos, ni las horas extras.
“Todavía no nos han terminado de pagar completo. Cada vez que venimos nos dicen que el dinero está en proceso en el banco, pero no está en el banco, porque hacemos una fila grandísima no encontramos nada, entonces ya eso está bueno de estar engañando la prensa, a la comunidad y a la ciudadanía”, dice Wendy Pérez.
De acuerdo a las estimaciones de la señora, más de un 80% no ha cobrado lo prometido por las autoridades a través de la Oficina Nacional de Estadística, institución organizadora del Censo.
“Me deben parte del viático y parte del pago por empadronamiento, que viene siendo como 15 mil y pico de pesos. A mí desde que entré al Censo, solo me han pagado 3,700 pesos”, argumenta la dama.
Wendy Pérez viajaba cada día desde La Caleta, donde vive, en el municipio Boca Chica, pagando pasaje y ubicando previo a quien pagarle para que le atendiera a sus hijos, además de que estaba obligada a buscar para comer, “porque nos mandaban una comida que esa comida era pésima, porque nos enfermó a todos”.
“Entonces, nosotros pusimos un empeño para hacer un censo; para trabajar (…) entonces que no abusen de nosotros, porque nosotros necesitamos nuestro dinero. Hay cobradores que nos están esperando a nosotros”, expresa Wendy, preguntándose si ¿nos vamos a pasar el 31 de diciembre también sin un peso, porque ellos no saben como uno hizo un sacrificio para uno llegar a las 7:40 a una escuela, para uno salir a un empadronamiento para ellos”.
Continúa explicando que “ya pasamos Nochebuena y nada, cada vez que venimos aquí nos dicen que está en el banco, pero por qué el banco lo está reteniendo, supuestamente si está en el banco, porque no tenemos deuda con el banco. O sea, que es un abuso ya que están haciendo”.
Diez viajes a ONE y nada de nada
El señor Víctor Díaz se capacitó para trabajar como encargado de Polígono y, en pleno desarrollo de su trabajo, en el puente de la 17, “tuve yo que salir
corriendo porque nos querían atracar; creían que nosotros estábamos haciendo algo malo, y todas estas situaciones que tuvimos pasando, para poder nosotros capacitarnos y brindarle a la Patria un buen servicio, “para que hoy nos tengan dando varias visitas a este lugar, para que nos paguen la capacitación, porque nos capacitaron, pero no nos llamaron”.
Dice el señor Díaz, pastor evangélico, que otros de “mi grupo están en la misma situación, y varios de los que nos hemos encontrado aquí, que andan gritando lo mismo”.
“Yo he tenido que venir como diez veces (…) siempre me tienen un cuento diferente; ahora me dicen que tengo que traer al encargado provincial mío”, haciéndole perder tiempo y dinero.