Altas tasas de interés, una persistente inflación y una inminente recesión hacen que las previsiones para Latinoamérica en 2023 no sean auspiciosas.
Los analistas proyectan que el crecimiento de la región se frenará a 1,4%, principalmente por la caída de las materias primas, los desequilibrios macro y los giros políticos, ya que con la victoria de Lula, son siete las economías que tendrán un presidente de izquierda. Brasil y México, sin embargo, estarán mejor posicionados dado el fenómeno de relocalización industrial, que podría “catapultar” su crecimiento en la próxima década. En Perú y Argentina la inestabilidad política pasará la cuenta.
El año 2023 será difícil para América Latina. Los precios de los commodities caerán, las tasas de interés siguen altas y la economía global se está debilitando. “Creemos que el crecimiento en la mayoría de las economías será más débil que los pronósticos de consenso”, estima William Jackson, economista jefe para mercados emergentes de Capital Economics.
De todos los países, dice el experto, “Brasil debería resistir relativamente bien porque es una economía cerrada, los precios de sus exportaciones -aunque más bajos que el año pasado-, siguen altos, y la inflación ha caído drásticamente”.
En el lado opuesto ubica a Chile, que será el más débil de la región ante el alza de las tasas y una política fiscal más estricta.
En el punto medio está Colombia, cuyo principal problema será la inflación -más aguda que en otras partes de la región-, lo que llevará a que el costo del crédito siga aumentando mientras cae el precio del crudo. “A esto se suma la incertidumbre creada por la administración de Gustavo Petro, que será un claro obstáculo para la inversión empresarial”, advierte.
México, dice, “también enfrenta un año complejo, pero principalmente por la recesión que se espera para Estados Unidos y porque el gobierno parece muy poco dispuesto a brindar apoyo fiscal”.
El panorama es un poco más positivo para Andrés Pérez, economista jefe para Chile y Colombia del banco Itáu. A su juicio, pese a un mayor riesgo de política económica, la firma ha elevado las previsiones de crecimiento para Argentina, Brasil, Chile, Colombia y México.
“La actividad continúa sorprendiendo al alza. Un descenso más rápido de las tasas de ahorro (tras la fuerte acumulación de ahorros por pandemia) en medio de la reapertura económica está ayudando. Así, esperamos que Brasil y México crezcan 0,9% y 1,3%, respectivamente, mientras Chile y Argentina se contraerán 1,1% y 1,5%, en ese orden”, señala el experto.
En este contexto, será clave la labor de los bancos centrales, con la previsión de más alzas de tasas en Colombia y México. En Chile y Brasil -pese a que se ha comunicado el final del ciclo- “es poco probable que haya recortes a corto plazo”.
Con Pérez coincide Arturo Frei, gerente general de Renta4. “Todo dependerá de las medidas que tomen los bancos centrales para frenar la inflación”, dice.
A su juicio, “el desafío es controlar el IPC sin un alza excesiva de las tasas”.
En este sentido, estima que el consumo recibirá el mayor impacto, dada la disminución en la capacidad de compra de los hogares, mientras que el sector inmobiliario debiera comenzar a recuperarse una vez que se invierta el ciclo monetario. “En cuanto a países, Brasil estaría en terreno positivo junto a México. Perú se ve un poco más estable pese a los problemas políticos”, proyecta.