AP.- Elon Musk volvió al tribunal federal de San Francisco para defenderse contra una demanda colectiva que alega que engañó a los accionistas de Tesla con un tuit sobre una adquisición fallida de las acciones de la compañía, y el multimillonario insistió el martes en que pudo haberla concretado, si así lo hubiera querido.
Musk llevaba casi tres horas en el estrado durante su tercer día de testimonio cuando fue excusado por el juez federal de distrito Edward Chem. Es poco probable que Musk, de 51 años de edad, vuelva a ser citado como testigo durante un juicio civil que se tiene previsto que se celebre ante un jurado integrado por nueve personas a principios de febrero.
Durante el interrogatorio realizado por su propio abogado Alex Spiro, Musk, propietario de Twitter y director general de Tesla, se describió como un líder empresarial sumamente confiable capaz de reunir todo el dinero que necesite para alcanzar sus objetivos. Discutió con uno de los abogados de los accionistas, Nicholas Porritt, quien ya había provocado su ira en el juicio.
En dos momentos distintos el martes, bajo la suave insistencia de Spiro, Musk no dejó lugar a dudas sobre su desprecio hacia Porritt con un comentario en el que expresaba sus dudas de que el abogado estuviera velando por los intereses de los accionistas de Tesla. Los comentarios provocaron una rápida reprimenda del juez y fueron eliminados del acta. “Es inapropiado”, amonestó Chen a Musk en un momento dado.
Cuando fue cuestionado por Porritt, Musk desvió intencionalmente la mirada del abogado y pronunció sus explicaciones viendo directamente a los miembros del jurado que estaban sentados a unos metros a su derecha. En otro momento, Musk afirmó, sin ofrecer más detalles, que una pregunta de Porritt sobre si alguna vez había causado que los inversionistas sufrieran pérdidas contenía “falsedades”.
Por otra parte, Spiro se dirigió erróneamente a Musk como “su señoría” cuando le preguntó cuánto dinero había ganado para los inversionistas a lo largo de su carrera. El desliz causó un momento de ligereza en la sala del tribunal de San Francisco llena de medios de comunicación y otros espectadores que asistieron para escuchar a Musk, que se ha hecho aún más famoso desde que completó la compra de Twitter por 44.000 millones de dólares en octubre.
El juicio actual gira en torno a si un par de tuits publicados por Musk el 7 de agosto de 2018 afectaron a los accionistas de Tesla durante un periodo de 10 días previo a que el multimillonario admitiera que la compra de acciones de la compañía que había previsto no iba a suceder. Las declaraciones dieron lugar a que Musk y Tesla alcanzaran un acuerdo de 40 millones de dólares con las autoridades sin que reconocieran que habían cometido algún delito.