Hay mucho que al as de los Marlins Sandy Alcántara le gusta de las nuevas reglas del béisbol, como los límites en los desplazamientos de los peloteros de cuadro.
“El año pasado yo me enojaba muchas veces porque movían al pelotero de posición y la pelota pasaba justo por ahí”, dijo el dominicano, ganador del trofeo Cy Young de la Liga Nacional.
Una de las formas principales en que el béisbol trata de adquirir mayor dinamismo es la adopción del reloj de pitcheo. Los lanzadores tienen ahora 15 segundos para hacer su siguiente pitcheo si no hay corredores en las bases —20 segundos cuando sí los hay.
Y entre cada turno, pueden pasar cundo mucho 30 segundos para que se reanude la acción.
Se requerirá tiempo para adaptarse al reloj, dijo Alcántara, quien sin embargo no está muy preocupado por ello. Afirmó que suele trabajar bastante rápido.
Pero laborar con el nuevo reloj en la pretemporada le ha restado más energía de la que esperaba.
“Sobre todo cuando hace calor como hoy”, dijo Alcántara, luego de lanzar dos innings ante los Mets de Nueva York en Jupiter, Florida, donde las temperaturas se acercaron a los 90 grados Fahrenheit (32 celsius). “Quiero decir: Traté de tomarme mi tiempo porque me estaba cansando al hacer un lanzamiento tras otro”.
Éste es sólo un ajuste temprano con el que han tenido que lidiar muchos lanzadores. La mayoría muestra agrado por el ritmo más ágil de los encuentros, cuya duración se ha reducido de 3 horas y un minuto en la pretemporada pasada a 2:39 en ésta.
Los Mets vencieron a los Marlins el miércoles en 2:37 horas.
Pero con menos tiempo entre innings y lanzamientos, algunos peloteros están preocupados por la necesidad de apresurarse demasiado en situaciones que antes no lo requerían.
“Es algo difícil recuperar el aliento después de cubrir la antesala, cuando sabes que tienes 25 o 30 segundos para volver al montículo”, consideró el peruano-venezolano Jesús Luzardo, lanzador zurdo de Miami.
Después de una semana de pretemporada, se ha marcado un promedio de 1,63 infracciones al reloj de pitcheo por encuentro.
Y la regla se está volviendo parte de la actualidad del béisbol. Un umpire señala a su muñeca, para indicar que un pitcher ha demorado mucho.
Max Scherzer, el as de los Mets, está probando los límites de lo que se permite. Incurrió en un balk tras apresurarse demasiado para realizar su lanzamiento.
El dominicano Wandy Peralta, relevista de los Yanquis de ueva York, logró en tanto un ponche de tres lanzamientos en apenas 20 segundos.
Skip Schumaker, manager de los Marlins, comparó el nuevo ritmo con un ejercicio con pesas en el gimnasio.
“Levantas más peso cuando tomas un poco de descanso”, explicó. “Si estás tratando de levantar el máximo, esperas un par de minutos antes de tu siguiente repetición. Si no estás acondicionado, la siguiente repetición no es tan buena como la primera. Eso pasa también con los pitcheos. ¿Cuán preciso vas a ser si no tienes el acondicionamiento?”.
En cuanto a otras instancias en que los pitchers pueden verse apurados, Schumaker mencionó las situaciones en que los relevistas lleguen desde el bullpen.
“Colorado me preocupa”, dijo. “Hay una gran altitud, y el bullpen está entre el jardín derecho y el central. Cuando corres desde ahí, te cansas. Me pregunto qué pasará”.
Matt Barnes, relevista de Miami, se mostró curioso por saber si el corto tiempo disponible entre un inning y otro tentará a los lanzadores a realizar menos pitcheos de calentamiento.
“Supongamos que tienes que hacer un largo recorrido en Chicago. Es 15 de abril y hay una temperatura de 30 grados (Fahrenheit o uno celsius bajo cero)… ¿Van a decir que tiene un lanzamiento más de calentamiento o vas a lanzar una bola y sólo tienes cuatro pitcheos y corres el riesgo de lesionarte”, preguntó.
A Joe Mantiply, zurdo de Arizona, se le marcó una bola automática en un juego ante los Cachorros porque no finalizó su calentamiento con la suficiente celeridad, tras ingresar como relevista.
“Tratamos de entrenar para esto”, dijo el manager de los Tigres de Detroit, A.J. Hinch. Todo lo que vamos a hacer fuera del montículo requerirá un reloj. Así que en los bullpens, las prácticas de bateo y evidentemente los juegos, tendremos que asegurarnos de que los chicos se acostumbren a lanzar al ritmo en que deben hacerlo”.
Jordan Hicks, relevista de los Cardenales, advirtió que los pitchers se sentirán presionados en ciertas situaciones.
“El año pasado, cuando corrí del bullpen, que queda muy lejos, e hice mis pitcheos de calentamiento, me había quedado sin aire, y eso fue sin el reloj de pitcheo”.
Conocido por su poderosa recta, Hicks dijo que ha ideado formas de relajar un poco la situación.
Una alternativa consistiría en dar un paso fuera del montículo, aprovechando una de las oportunidades de las que dispone, para darse un respiro. Bajo las nuevas reglas, los lanzadores pueden dejar de hacer contacto con la goma, para pedir tiempo o para hacer un revire a las amohadillas.
Pueden hacerlo hasta dos veces por cada turno.
“Tienes la posibilidad de caminar hacia el césped y tomar la bolsa de resina. Estoy seguro de que, si es algo muy deliberado te podrán decir que estás violando las reglas… Pero si eres rápido, ganarás unos tres segundos ahí”.