En la primera palabra del Sermón de las Siete Palabras, que se lleva a cabo en la Catedral Primada de América, la iglesia católica llama a perdonar a los que se enriquecen de manera ilícita, "que compran conciencias por un par de pesos y hasta por un plato de comida".
"Perdona la falta de honestidad de los políticos que engañan con falsas promesas", expresó Sor Lourdes Martínez, de las Hijas de la Altagracia.
En el Sermón de las siete Palabras, la iglesia católica levanta su voz en contra de los feminicidios, las cesáreas indiscriminadas, las violaciones y otros abusos contra las mujeres.
También en contra de los incendios forestales, explotación minera, vertederos y sus permanentes quemas, cementerios de vehículos y otros tipos de contaminación ambiental.
La iglesia dice, que al igual que el ladrón, cuando iba a ser crucificado junto a Jesús, pidió al hijo de Dios que se acordase de él cuando esté en el reino de los cielos, así lo hacen nuestras mujeres abusadas y el medio ambiente expuesto a diversos tipos de contaminación.
En la cuarta palabra "Tengo sed", la iglesia católica advierte sobre las intenciones del Gobierno de privatizar el agua, a través de un proyecto de Ley depositado en el Congreso Nacional.
Asimismo, critica el poco cuidado de nuestras fuentes acuíferas.
Reflexión sobre la sexta palabra "Todo está cumplido", la iglesia dice que la realidad muestra que el mundo sigue dividido y lamenta que sean portada de titulares casos de corrupción, como Pulpo, Calamar y otros.
En la última Palabra "Padre en tus manos encomiendo mi espíritu", la iglesia critica la emigración de jóvenes hacia otros países, así como la inmigración de ilegales hacia el nuestro.
Esta séptima palabra de Jesús en la Cruz es la oración confiada de un hijo que ha sabido ser fiel
en el cumplimiento de la voluntad de su padre hasta el último aliento.
Ahora bien, tal confianza y fidelidad de Jesús trae a la actualidad consigo una interrogante
innegable sobre si estamos también nosotros siendo fieles a la misión que el Padre ha puesto en
nuestras manos.
Me parece que no, porque un país en el que los miembros de los partidos políticos están más
preocupados por hacer el trabajo de la justicia, que por sentarse en una mesa de diálogo serio y
responsable, a buscar soluciones a la situación de nuestros valiosos jóvenes que día en día salen
en grupo como inmigrantes ilegales, detrás de un supuesto sueño; donde pasan todo tipo de
necesidad y calamidad, llevando tanta mortificación a sus familias; todo por falta de más
oportunidades en su tierra natal ¡no creo que estemos bien!.
Y, peor aún, parece no se dan cuenta o se hacen los indiferentes, pero por cada dominicano que
sale a esta travesía, entran al menos unos cinco extranjeros… ¡al ritmo que vamos, llegará el día
en que los dominicanos seremos menos en nuestro propio suelo!
Pongamos todo nuestro esfuerzo en el bienestar de este hermoso país y su gente, cada uno desde
su propia misión confiada por Dios; para que, al ver una nación que sigue creciendo tanto en
valores humanos y religiosos, como en el ámbito socioeconómico, para las próximas generaciones,
podamos decir también confiados: ¡Padre, en tus manos deposito mi servicio!
El Viernes Santo, es el día en que la iglesia Católica conmemora la Pasión y Muerte de Jesucristo y se predica el Sermón.
La tradición del Sermón de las Siete Palabras “comenzó en el siglo XVII por un sacerdote
jesuita en Perú”, quien realizó “meditaciones para el Viernes Santo” a partir de las
últimas palabras de Jesús.