Viena, 25 jun (EFE).- El Informe Mundial sobre Drogas 2023 de la ONU destaca el aumento a nivel global del número de consumidores de estupefacientes, una oferta récord de sustancias ilegales y un gran auge de las drogas sintéticas, entre otros aspectos.
En ese sentido, el informe divulgado destaca que el número estimado de consumidores pasó de 240 millones en el año 2011, a 296 en el año 2021, lo que representa el 5,8 % de la población del mundo.
Diez claves del informe de la Oficina de Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito (ONUDD).
Aumento. –
El número estimado de consumidores de drogas pasó de 240 millones en 2011, a 296 millones en 2021, lo que representa el 5,8 % de la población global de entre 15 y 64 años y un 23 % más que hace una década.
Muertes. –
Alrededor de 500.000 personas murieron en 2019 debido al consumo de drogas, un 17,5 % más que en 2009. Las enfermedades relacionadas con la hepatitis C, son la mayor causa de muertes por drogas, más de la mitad del total. Las sobredosis suponen una cuarta parte de los fallecimientos. Los opioides son, con mucha diferencia, las drogas más letales.
Popularidad. –
El cannabis sigue siendo la droga más popular, con alrededor de 219 millones de consumidores en 2021. Los opioides se sitúan en segundo lugar con unos 60 millones, seguidos por las anfetaminas con 36 millones, 22 millones consumieron cocaína y unos 20 millones tomaron estimulantes del tipo "éxtasis"
Tratamientos. –
Casi 40 millones de personas en todo el mundo padecen trastornos por el consumo de drogas, pero solo una de cada cinco ha recibido algún tipo de tratamiento. Las barreras para acceder a la ayuda son muchas, pero las mujeres resultan especialmente afectadas porque sufren un mayor estigma social.
Cocaína. –
La producción de cocaína alcanzó un máximo histórico en 2021 con más de 2.300 toneladas de la máxima pureza y la demanda está en su punto más alto, un fenómeno global que probablemente abrirá nuevos mercados en Asia y África, según el reporte. Las incautaciones de cocaína también aumentaron, llegando a un récord de 2.026 toneladas en 2021.
Drogas sintéticas. –
Las drogas sintéticas están viviendo un auge sin precedentes. Estas drogas no requieren materia prima procedente de plantas que necesitan grandes extensiones de tierra, sino solo productos químicos baratos y fáciles de hallar. Las drogas sintéticas ofrecen a los grupos criminales muchas ventajas: son más baratas y su fabricación más sencilla y flexible, al no depender de una geografía ni de un tiempo de cosecha. Además, los tiempos de producción son mucho más cortos.
Sobredosis. –
La epidemia de sobredosis en Estados Unidos continúa sin freno. La ONU señala que unas 80.000 personas murieron por sobredosis de opioides en Estados Unidos en 2021, un 60 % más que en 2019. La mayoría de esos fallecimientos, unos 70.000, se atribuyen a opioides farmacéuticos sintéticos, principalmente el fentanilo, cien veces más potente que la morfina.
Opioides. –
La ONU alerta también de otra "epidemia del opioides" sin apenas cobertura mediática en África. Se trata de la creada por el tramadol, un potente analgésico, sobre todo en amplias zonas de África, aunque esa sustancia también se consume en otras regiones como Oriente Próximo y Medio y el sudeste asiático. Esta droga proporciona los efectos analgésicos típicos de los opioides al tiempo que actúa como estimulante.
Vacío legal. –
Los grupos criminales aprovechan el vacío legal en países en conflicto para producir drogas sintéticas. El informe documenta los casos de Afganistán, donde la producción de metanfetamina ha aumentado, así como Siria, donde se fabrica a gran escala un tipo de anfetamina denominada "captagon" muy popular en Oriente Medio. Por su parte, Ucrania puede convertirse en un nuevo centro de producción de estimulantes en el contexto de la invasión rusa. La economía ilegal de las drogas puede florecer en situaciones de conflicto y débil estado de derecho y, a su vez, puede prolongar o alimentar el conflicto, según el informe de la ONU.
Desigualdad económica. –
Las desigualdades económicas y de género contribuyen a aumentar el efecto dañino de las drogas, con los países pobres, las mujeres y los jóvenes como los principales perdedores respecto al acceso al uso médico de sustancias o a los tratamientos contra la adicción, según denuncia la ONU. En los países desarrollados, por ejemplo, la disponibilidad de opioides para el tratamiento del dolor es cuarenta veces mayor que en los países con rentas medias o bajas. Así, el 86 % de la población mundial vive en países sin un acceso adecuado a ese tipo de medicamentos para cuidados paliativos o reducción del dolor.