Luis El Gallo plantea campaña electoral sin violencia y con respeto cívico-cristiano

República Dominicana.-El presidente de la Unión Demócrata Cristiana –UDC-, Luis Acosta Moreta, Luis “El Gallo”, saludó el inicio de la precampaña electoral, y destacó que  es necesario mantener el espíritu cívico de respeto y caballerosidad, entre los partidos políticos.

Aseveró que por siempre la UDC en las campañas electorales ha llevado un mensaje de paz, de difusión de lo importante de que florezca la democracia y de que se viva dentro de los principios cristianos.

Añadió que una contienda política civilizada no es una guerra, sino la jornada para demostrar que se tiene la simpatía popular, e impulsar los candidatos  a que logren el triunfo.

Entre el liderazgo nacional tiene que mantenerse el espíritu democrático y los principios cristianos, para dar ejemplo a los militantes de las bases y que se erradique la violencia en el credo político nacional.

Señaló que las campañas electorales de la UDC han sido un ejemplo nacional, porque lo primero que llevamos en las manos es el Manual de   Moral y Cívica  el cual repartimos entre  los clubes culturales y deportivos y las organizaciones de amas de casa de los sectores que visitamos.

Recordó que ese instructivo de moral y cívica se  distribuye y reparte con recursos propios, y de nuevo hizo un llamado al Consejo Nacional de Educación y al Ministerio de Educación para que lo acepten como libro de texto en la educación primaria.

“Nuestros operativos políticos son encuentros comunitarios, donde impera la paz, y llega las asistencia social y la ayuda alimenticia a las familias de menores recursos económicos”,  dijo.

“Nunca olvidamos a los niños, a los cuales siempre en nuestras actividades le repartimos juguetes, y ponemos la alegría popular con los acortes marciales y autóctonos de la Banda Imperial y nuestro Batton Ballet”.

Dijo que la UDC es un partido democrático y cristiano, que reconoce que los torneos  electorales levantan pasiones, pero nunca se debe llegar al insulto, a vocinglerías y a la anarquía, que son rechazados por la comunidad.