República Dominicana.-El presidente de la Unión Demócrata Cristiana -UDC-, Luis Acosta Moreta, Luis “El Gallo”, pidió al gobierno dominicano que actúe siguiendo los lineamientos del derecho internacional, y no se deje provocar con la reanudación de los trabajos para desviar las aguas del río Masacre.
Señaló que el mantenimiento de la territorialidad y la soberanía nacional no es negociable, pero se debe evitar una acción directa de los dominicanos en el territorio haitiano.
Pidió que el caso sea llevado a las Naciones Unidas, la Organización de Estados Americanos, y se denuncie en los Estados Unidos y Canadá
Destacó que la vía diplomática y la presión al gobierno haitiano, es el camino para que esta situación se controle y se suspenda la construcción de un canal que perjudicará a la agropecuaria dominicana.
Dijo que la vía diplomática, con aplicación del derecho internacional, se debe mantener en todo momento, porque puede tratarse de un acto de provocación para generar una acción armada del gobierno dominicano, que busque desmantelar la construcción que desvía el río.
“Las autoridades haitianas han tratado de evadir responsabilidades en el caso, señalando que la construcción está siendo ejecutada por el sector privado, lo cual demuestra una evasión al aportar soluciones”.
Por demás, dijo Luis “El Gallo”, es muy poco lo que podría hacer el primer ministro Ariel Henry, ya que la mayor parte del territorio haitiano se encuentra controlado por bandas bien armadas.
El desvío de las aguas del Masacre se está ejecutando en un área entre las Pirámides 13 y 14, ubicadas entre Fuerte Libertad y Juana Méndez, y el primer ministro Henry dijo que los responsables de esa tarea no cuentan con el apoyo del gobierno haitiano.
Aunque el gobierno dominicano ha dicho en varias ocasiones que está en la mejor disposición de dialogar sobre esta situación, se choca con la realidad de que en la zona donde se desvía el río Masacre operan las pandillas criminales, y no hay presencia militar ni policial.
Haití no cuenta con una fuerza policial y militar, desde que los organismos de seguridad fueron desmantelados por los interventores Cascos Azules, que contó con el patrocinio de las Naciones Unidas.