República Dominicana.-La desolación y el silencio sustituyeron este viernes el bullicio del gentío que cada viernes acude al tradicional mercado binacional en la frontera entre Dajabón y Juana Mendez, por la parte norte de República Dominicana.
Y es que, al cumplirse el décimo día de cierre parcial y el primero del cierre total de la línea limítrofe, ordenado por el presidente Luis Abinader, en respuesta a la continuación de los trabajos de construcción de un canal para desviar hacia territorio haitiano el río Masacre, los camiones cargados con diferentes tipos de productos, empezaron a abandonar el lugar, donde desde el pasado lunes permanecían aparcados en espera de que se les abriera paso al vecino país.
Asimismo, con el cierre de los 4 puntos fronterizos, cientos de haitianos residentes en el país, empezaron a abandonar en masa el territorio dominicano.
Con niños en brazos, colchones, estufas, poncheras y otros enceres en la cabeza, cruzaban el portón, que por tiempo limitado se les abrió y que limita a ambas naciones, cuyas relaciones se han fraccionado más lo habitual, debido a lucha por río que deben compartir.
Aunque van a un país sumido en el caos, el hambre y la violencia, dicen temer a represalias en su contra por los dominicanos.
Ante el cierre total e indefinido de la frontera, los comerciantes de Dajabón exigen al gobierno detener también las operaciones en el parque parque zonas Francas de Codevi, en Juana Méndez Haití.
Y es que los que viven del intercambio comercial binacional, les parece injusto que ellos sean los grandes perdedores con la medida.
Aunque en el ambiente reina una calma total, vehículos blindados del Ejército Dominicano y cientos de militares custodian la zona.
Mientras, en el otro lado avanza la construcción del canal para desviar el río Masacre, trabajos que de acuerdo a las autoridades dominicanas se realizan al margen del Gobierno haitiano.