Haití-La Conferencia Episcopal de Haití expresó su “dolor y amargura” por el sufrimiento de su pueblo, sumido en una de sus más profundas crisis y bajo el dominio de las bandas armadas, que imponen el miedo y el terror y siguen llevando luto a cientos de familias.
A través de un comunicado, la iglesia católica critica la indiferencia e inacción de las autoridades y la “vacilación de la Comunidad Internacional”.
“Desde hace unos cuatro años, nuestro país vive una de las crisis sociopolíticas y de seguridad más largas y mortíferas de toda su historia. Todo el pueblo, todo el país, está afectado hasta la médula. Realmente la historia está mostrando signos de decadencia en Haití. El Estado ha perdido el control del territorio nacional”, expresa la comunidad católica.
La Iglesia Católica haitiana denunció que la población es rehén de “la violencia despiadada de las pandillas y sus aliados”.
“Vemos avanzar en Haití las espesas sombras de la violencia al servicio de pequeños intereses del poder, la codicia y la división (…) estos crímenes también van acompañados de ataques contra las iglesias y lugares de culto que ya no pueden funcionar”, manifestaron.
"Desde hace más de tres años ningún grito, ninguna fuerza moral ha podido detenerlos y, sin embargo, debemos romper esta cadena y evitar que el pueblo se sienta aún más desanimado”, añaden.
Pidieron a los sacerdotes haitianos de todas las parroquias y a todos los católicos unirse en cadena de oración, por la liberación de su pueblo de la influencia y violencia de las pandillas.
“Demandamos alto y claro ante el mundo, que hay que detener este genocidio. Demandamos a quienes actualmente ostentan el poder que tomen medidas concretas y enérgicas para una verdadera reconciliación histórica aquí y hoy en Haití”, aclamaron.
En ese mismo orden, pidieron al Estado cesar “su complicidad y apoyo a las bandas armadas” y se sumen a un diálogo que se construya en base a las necesidades reales de la gente.