La niña se dejó ver en el vientre y ya se chupaba el dedo, pero a sus padres solo le entregaron a su mellizo

República Dominicana.-María Esther Sánchez y su esposo Carlos Manuel Morillo, celebraban que la niña que junto a su mellizo esperaban, se había dejado ver chupándose el dedo desde el vientre.

Sin embargo, la felicidad que rebosaba el rostro de ambos cambió luego de la cesárea solo le entregaron un recién nacido, cuando durante todo el proceso de embarazo, hasta poco antes del parto, las 10 ecografías practicadas a la joven de 17 años, indicaban, y así le dejaban saber los técnicos, que cargaba en su vientre un niño y una niña.

Algo que entre llanto explica la joven madre es que el personal médico que le asistió en la cesárea le tapó la cara “como una forma de que no viera el proceso”, lo que atribuye a un “truco” para separarla de uno de sus bebés.

“Yo sentía los diferentes movimientos, la sonografía mensual veía dos niños”, dice la mujer, que tiene días sin dormir y que presiente que hay otra bebé y que está viva.

Pero, la pareja dice además que primero, en la Maternidad Renée Klang de Guzmán, en Santiago de los Caballeros, le mostraron un bebé de diez libras, cuando ya sabían que su bebé era de un peso menor.

“Yo quiero que me den mi otra niña, que ella sufrió mucho desde que llegó a mi vientre”.

Carlos Manuel Morillo reitera una y otra vez que los médicos, del propio hospital donde se atendió siempre su pareja, siempre les dijeron que se trataba de un embarazo gemelar, de alto riesgo.

“Ella me dice que la anestesiaron tanto que ella no pudo ver los niños y que nada más le enseñaron uno solo y le digo y la niña? Y la doctora viene desesperada y me enseña un niño de diez libras y media y le digo ´usted lo tiene en la foto suya pero no me lo ha enviado al mío (teléfono)”, explica el padre sobre sus hijos de tres libras y media y de cuatro libras, de acuerdo a los datos que ya había recibido del médico que le explicó que entre los dos bebés pesaban 7 libras y media.

Revela que “viene la doctora con el coro que nada más fue uno (niño) que sacó”, a lo que él reaccionó “doctora, pero dígale eso a otro, porque diez sonografías no se van a equivocar”.

Mientras se espera que las autoridades del hospital respondan, la pesadilla de la que aún no despiertan María Esther Sánchez y su esposo Carlos Manuel Morillo, la vivieron anteriormente otras parejas, que hoy revelan su caso.