República Dominicana.-Reclamos de justicia y demandas respuesta sobre el paradero de parientes que no figuran en la lista de fallecidos de las autoridades, ni entre cadáveres identificados por el INACIF, pero que estuvieron en el lugar de la explosión de hace casi tres meses y desde entonces no han vuelto a casa, matizaron los actos conmemorativos del 179 aniversario de la Constitución en San Cristóbal.
Y es que, cuando pronto, en medio de un ambiente que comienza a anunciar que llega la Navidad, se cumplirán tres meses de la tragedia que enlutó a San Cristóbal, consternando a una sociedad no satisfecha con las respuestas que a la fecha ha recibido de las autoridades, las familias se desploman en llanto, esperando la llegada de aquellos que salieron, pero que el destino les hizo una mala jugada, y no han regresado “ni vivos, ni muertos”.
El señor Jorge Cuevas, hermano de Alfonso, espera que aparezca “aunque sea el acta de defunción”, en vista de que son 12 las personas que engrosan la lista de desaparecidos.
El dolor sigue latente entre los familiares de los 38 fallecidos en la explosión del 14 de agosto pasado en San Cristóbal, en especial entre aquellos que a la fecha no han recibido cuerpo al que llorar y sepultar.
“Ya el INACIF entregó todo. O sea, que no hay esperanza”, agregó el señor Jorge, hermano de Alfonso Cuevas, uno de los desaparecidos en medio de la explosión que marcó un antes y un después en la provincia Cuna de la Constitución.
Explica el señor que luego de la explosión ubicaron el aparato celular de su hermano, pero que lo mostraron a las autoridades no hicieron nada.
“Se quedaron como si nada. Ahí estaba mi hermano, que fue a comprar una tela y el motor estaba quemado ahí y no pudieron ni entregárnoslo”, dice un hombre que perdió (entre los desaparecidos) a uno de sus hermanos en la explosión.
Entre lágrimas que, además del dolor, evidencian su impotencia, parientes de 12 personas, que estuvieron en la zona desastre justo al momento de la tragedia, pero que no figuran en la lista de desaparecidos que maneja las autoridades, ni mucho menos entre los cadáveres identificados por el INACIF, exigen una respuesta.
La señora Adalgisa Rivera también perdió a su hermano José Vicente Dicent, que “ese día estaba comprando una purina…y desapareció. A la fecha nosotros no sabemos nada de él; dónde está…casi tres meses, no sabemos lo que pasó”.
“Como tu comprenderás, es una situación difícil, entonces realmente nosotros lo que queremos es justicia y que si alguien tiene que responder por esto, que lo haga, porque a esta fecha, tres meses, 12 desaparecidos y las autoridades no hablan de eso, nada más se enfocan en los muertos, y los 12 desaparecidos entonces?”, se pregunta la señora Adalgisa, agregando que su hermano “no aparece en nada. Se hizo prueba de ADN y tampoco”.
Entre llantos e indignación, la señora Adalgisa “no supera nunca eso. Uno no tiene ni siquiera donde ir a ponerle una vela, ni una flor. Tú sabes lo duro que es eso?”.
“Yo mas nunca he dormido una noche completa; eso es desesperante, y que tú no sepas decir está aquí o está allí…qué fue lo que pasó”, segura de que su hermano murió “ahí (en el lugar de la explosión) porque su camioneta está ahí; su camioneta está quemada. Su camioneta se desbarató totalmente y él no aparece, y su camioneta quemada. Entonces dónde está; dónde está su cuerpo?”.
Conscientes de que ya solo en los carteles que hoy portaban y en las fotos que conservan en casa, volverán a ver a sus seres queridos, estas almas rotas narran que el insomnio y la falta de apetito se vuelto parte de su cotidianidad. Mientras que desde ya, renuncian a la posibilidad de celebrar una cena navideña, cuando estarán vacíos uno o varios de lugares de los que en vida ocupan en la mesa los integrantes de la familiares que hoy buscan con desesperación.
Entre las familias congregadas en las afuera de la parroquia Nuestra Señora de la Consolación, también buscaba más que consuelo, respuesta, la señora Modesta Mateo, que perdió a su hermano Juan Mateo Casilla, reportado como desaparecido
“Es algo angustiante; algo muy grande, que no tiene…no sé; no se explica. No hay sueño, no hay comida, no hay nada, porque como usted se sienta a comer en una mesa”, manifiesta entre llantos la señora, llorando desde ya que se acerca una triste navidad para San Cristóbal y, de manera específica para los que perdieron en la explosión del 14 de agosto a sus parientes.
“Cómo usted para esta época navideña va a pensar en un arbolito. Somos cantidades de familias destruidas, donde hay 12 desaparecidos, que no sabemos dónde están, si en una funda, si en las cenizas”, lamenta, con el desconsuelo mayor de no poder velar a sus muertos, porque “en el INACIF ya no hay cadáveres”.
Las familias acudieron a las afuera de la parroquia Nuestra Señora de la Consolación, en San Cristóbal buscando una respuesta que le sirva de consuelo, en medio de la incertidumbre que desde el 14 de agosto les ha quitado el sueño y hasta el hambre.
Unos esperan aun respuestas sobre la causa de la explosión que le arrebató en un abrir y cerrar de ojos a sus parientes; otros buscan información sobre sus parientes desaparecidos o sobre los restos que les dejaron las llamas.
“Qué supieron de él; yo lo recibo quemado”, es lo que dice a diario a sus demás parientes, la madre de Juan Mateo Casilla, con quien sueñan despiertos que llegó quemado a la casa familiar.
A Julio César Dipré, como a los demás, la vida le cambió en segundos, cuando tras la explosión se determinó que su hermana y cuñado murieron, dejando dos niñas ahora bajo el cuidado de unos tíos que no saben como responder a sus inquietudes.
Aprovechando la presencia del presidente Luis Abinader en la sureña provincia, con motivo a los actos conmemorativos del aniversario de la Constitución, expresan que más que la ayuda económica que entrega el Gobierno, necesitan respuestas y consecuencias sobre los culpables de aquella tragedia, que de acuerdo a las investigaciones se pudo haber evitado.
Sonia Perozo, presidenta de la Fundación Rescatando Mariposas, acompañó a las familias en su búsqueda de respuestas y, “en apoyo de los familiares de fallecidos, desaparecidos y todos los afectados, porque lo que queremos es la verdad. Queremos la verdad de qué fue lo que pasó, quienes son los responsables y que haya consecuencias”.
“Y sobre todo que a estas familias también, a nivel psicológico y emocional se le siga dando a acompañamiento, porque no es solo el tema económico. El tema económico no resuelve el daño emocional y psicológico que ellos han sufrido”, argumenta la señora Sonia respecto a una dura realidad que nadie nunca imaginó.
Expediente “al vapor”
Manuel Nina, representante de la Comisión de la Verdad, que ha acompañado en esta larga pesadilla a los afectados, dice que lo fundamental es que se establezcan las causas que produjeron la explosión de aquel lunes 14 de agosto.
“La ciudadanía en su conjunto entiende que el expediente que se hizo al vapor, rápido, para salir del paso; para buscar un bajadero, es un expediente que no responde a la verdad. De hecho, ya se está cayendo en la justicia ese expediente, porque al principal acusado de esta explosión (que nosotros no decimos que sea culpable o inocente, porque creemos que esa comisión que nombró el presidente no ha investigado profundamente), pero el único acusado que tiene, que es el señor Vidal, ya el tribunal le quitó el grillete de seguridad, en un habeas corpus. Entonces ese expediente se hizo para que se cayera”, considera el doctor Manuel Nina.
De los 38 fallecidos confirmados por las autoridades, 36 fueron identificados. Sin embargo, los restos de los 2 cadáveres restantes no coinciden con los 12 que sus familiares reportan entre los desaparecidos.