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  • Por: Máximo Sánchez
  • miércoles 06 diciembre, 2023

Leonel: Una historia jamás contada

Esperábamos comenzar la asamblea de apertura del Congreso Jaime Vargas del Partido de la Liberación Dominicana, en un temprano anochecer del año 1987, cuando el sindicalista Fernando de la Rosa nos señaló un joven delgado y espigado que, hacía su entrada al tabloncillo del Club San Lázaro en la ciudad capital, donde se celebró el evento.
Ese joven, según la introducción que nos hizo Fernando de la Rosa, era el Dr. Leonel Fernández Reina; y nos comentó, con mucha discreción: “Trata de observar con cuidado su carrera política, porque será muy importante para la República Dominicana.”
Esa conversación con nuestro amigo y compañero Fernando de la Rosa, un dominicano marcado por las luchas sindicales, sobreviviente de persecuciones, cárceles y exilio político; nos llevó a investigar la breve vida política de uno de los miembros del Comité Central del PLD en aquel momento, el Dr. Leonel Fernández.
En ese momento, el joven Fernández ya había obtenido el título de Doctor en derecho Magna Cum Laude de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, en el año 1978; impartía docencia para la misma academia, y era uno de los 35 miembros del Comité Central del partido presidido por el profesor Juan Bosch.
Dentro de aquel PLD de Juan Bosch, Leonel era el director de la revista “Política, Teoría y Acción” y era el titular de la Secretaría de Relaciones Internacionales; es interesante recordar que el partido a que nos referimos, era una organización de cuadros políticos que, desde sus inicios basaba sus actividades en una publicación semanal llamada “Vanguardia del Pueblo” y que su Comité Político solo constaba de 5 miembros.
La situación política, para las elecciones presidenciales de mayo de 1990, si bien era auspiciosa para la candidatura de Bosch, tampoco dejaba de ser preocupante para la dirigencia que le acompañaba; el PLD de entonces, que no era una maquinaria electoral, había ocupado el vacío político dejado por el PRD con sus pugnas internas y los expedientes judiciales sometidos contra el Dr. Jorge Blanco y sus funcionarios.
Un fin de semana antes de esas elecciones, fuimos anfitriones de una tertulia en nuestra casa de Madre Vieja en San Cristóbal, donde participaron 5 miembros del CC del PLD, entre ellos doña Nélcida Marmolejos, Fernando de la Rosa, y el fenecido Juan Sosa; en esa tertulia tenía que hablarse de política, porque todos los participantes eran políticos.
Algunos de los comentarios de aquel intercambio de ideas, rondaron en torno al Dr. Leonel Fernández; alguien comentó sobre la posición que desempeñaría en ese proyectado gobierno de Don Juan Bosch, y con mucha seguridad, ya lo designaba como Canciller del país; otro, en que se hizo referencia del él, fue en cuanto a sus consideraciones sobre los posibles resultados electorales.
Según los comentarios, el Dr. Fernández no tenía dudas de que el PLD sería el más votado en esas elecciones del 90; pero, en conversaciones privadas, le preocupaba la falta de vocación del candidato para las alianzas con otras fuerzas políticas.
Se dijo que asegurar un triunfo sin pataleos, hubiera sido negociar el apoyo ofrecido por cualquiera de las dos facciones en que se había dividido el PRD, encabezadas por el Lic. Jacobo Majluta y el Dr. Peña Gómez, respectivamente.
Hablar de Leonel Fernández, sin referirnos a la crisis del PLD de 1992 es inadmisible. Esa crisis sé venía incubando desde el segundo lustro de la década de los 80s; en la celebración de ese congreso de 1987, se vieron sus primeros indicios; se pueden recordar algunas de las ponencias, donde el sector pequeño burgués del partido confrontaba a los reductos obreros que eran apadrinados por Bosch.
La ponencia más señera en contra de la Secretaría de Asuntos Obreros, la llevó a cabo el Lic. Carlos Pared Pérez (Carlito) en la que atacó de manera frontal el programa de educación de los círculos de estudio obreros y de los comités de base de ese sector; ponía en duda que Don Juan elaborara los folletos de instrucción para la formación de cuadros obreros del partido.
Allí comenzó el bombardeo contra el sueño de Bosch, en que acariciaba la idea de una alianza de las diferentes capas de la pequeña burguesía y la clase trabajadora, para una revolución democrática en nuestro país.
A finales de 1991, la posición de Bosch era tan incómoda dentro del PLD, que no sabemos, si fue por emoción o por táctica que, decidió renunciar a la presidencia del partido y quedarse solo con la condición de miembro ordinario dentro de la organización, como lo anunció al país.
Don Juan retomó su posición de presidente en breve tiempo, pero de inmediato estalló la crisis que dividió al PLD en 1992; el sector de la pequeña burguesía profesional, encabezado por el Ing. Temístocles Montas y por el Lic. Danilo Medina confrontaron a los sectores considerados de izquierda y a la organización obrera del partido.
Lograron la expulsión de 12 miembros del CC, entre ellos a Nélsida Marmolejos, miembro del CP; además salieron por renuncias y desacuerdos alrededor de 5 miembros más del CC, entre ellos el Ing. Hamlet Herman Pérez y el Lic. Maximiliano Puig.
Juan Bosch es el estudioso más sólido, en lo referente a la composición de clases de la sociedad dominicana; y es quién mejor conoció las fortalezas y debilidades de cada una de estas clases sociales; su obra “Composición Social Dominicana” la cual cuenta con varias ediciones agotadas, lo acredita como tal.
Y es por esta razón que, en la crisis del 92, el Líder del PLD pudo salir airoso, sin darle ganancia de causa a quienes empujaron a la organización a la división; tomó la precaución para dar preponderancia a personas que se habían mantenido neutrales y siendo entes de equilibrio en la confrontación.
Ahí comienza a emerger Leonel Fernández; la expresión de Bosch, a mediados de 1993 de que, “Leonel es una mina de oro que, Dios ha puesto en el sendero del pueblo dominicano” no es nada casual; Bosch calculaba el efecto de cada uno de sus movimientos y sus expresiones públicas.
Y es así como, con el efecto que ya había sembrado con aquella expresión pública que, en su última actuación como candidato presidencial, Bosch escoge al Dr. Fernández como su compañero de boleta por encima de los más connotados y aguerridos dirigentes de la organización política, para proyectarlo como heredero de su legado.
A partir de ese momento, lo demás es historia conocida; la crisis electoral de 1994, llevó a las elecciones presidenciales de 1996; y en las primarias del PLD para esas elecciones, Leonel se impuso de forma contundente, sobre el Dr. Gutiérrez Feliz y el fallecido Lic. Norge Botello; y así se iba cumpliendo de manera irremisible el propósito de Bosch.
Leonel se impuso por encima del estigma que le habían creado los enemigos a su mentor; Bosch participó como candidato presidencial, desde su derrocamiento en 1963 en 6 elecciones presidenciales; sin embargo, con todo el aprecio que le demostraba una buena parte de la sociedad dominicana, no pudo alcanzar el poder en una nueva oportunidad.
Leonel ha ganado de forma democrática, sin discusión 3 elecciones presidenciales, entre ellas una reelección; sus enemigos han tratado de estigmatizarlo como a Bosch, pero él como el fénix, ha resurgido de las cenizas y hoy el pueblo lo levanta y lo proclama con pasión y esperanza.

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