República Dominicana.-La delincuencia, sumada a la violencia como un fenómeno social, siguió siendo durante el año 2023 una grave preocupación de inseguridad para la población dominicana.
Tan violento como el anterior, en el 2023 se observaron episodios de violencia tan macabros como el de Los Alcarrizos, donde fueron descubiertos en febrero dentro de un pozo séptico los cuerpos de Miguel Jáquez y Elizabeth Almarante, la pareja desaparecida el 23 de enero en la Guayiga, supuestamente ligada a delitos electrónicos.
Más adelante abril se convirtió en un mes trágico. El 17, la muerte a tiros por delincuentes de la joven de 14 años, Carla Maribel Concepción, en el Barrio Los Guandules, generó gran indignación en la sociedad dominicana, al igual que la muerte del menor de 9 años, Gioser Feliz, durante un asalto a su familia que regresaba de Estados Unidos a Santiago, siembra de ira y de dolor una gran parte de la población dominicana. La Policía apresa 5 y los acusa de participar en el crimen, incluyendo a Tomasito, identificado como un amigo del padre de la víctima.
El 25 de abril, el vigilante Carlos Julio Campusano mató a María Ortiz, Mayra Mordán, y Basilio Lebrón, en Bonao, donde también hirió tres personas, en un aparente arranque de celos, y luego falla en un intento por suicidarse.
Con las pandillas barriales resurgiendo, la Policía Nacional arrestó a Wesly Vicent Carmona, conocido como el Dotolcito, hijo del reconocido youtuber Vincent Carmona, el Dotol Nastra, tras ser implicado en la muerte de Joshua Omar Fernández, durante un presunto atraco el pasado 16 de abril en el ensanche Naco del Distrito Nacional.
A mitad da año la situación ya se tornaba compleja, y el 20 de julio el Presidente Luis Abinader decidió mudarse todos los lunes al palacio de la Policía, para dirigir personalmente la estrategia del gobierno contra la delincuencia, poniendo en duda la capacidad del destituido general Luis AlbertoThen, el ministro de lo interior, Chu Vásquez y el experto Pepe Vila para superar los problemas de inseguridad del país.
El 29 de julio, el asesinato de cuatro hombres en un punto de drogas de Ocoa estremeció la sociedad dominicana, que en septiembre reaccionó con estupor frente a la noticia de que una banda dominico-haitiana había asesinado al hacendado Papito Medina, su esposa, un hijo y otra persona en Aminilla de Dajabon para robarle. El gobierno cerró la frontera y la policía inició la cacería, eliminando a tres de los asesinos y apresando cuatro.
Ya en noviembre, un tiroteo en el bar la Fabela, en Guachupita, dejó como balance dos muertos y cinco heridos; mientras caían a tiros en El Valiente los mellizos, buscados por la policía, acusados de la muerte de la adolescente Carla Concepción.
El 14 de ese mes, y cumplido los dos años reglamentarios, el general Then traspasa el mando de la Policía Nacional al general Ramón Antonio Guzmán Peralta, ex jefe de seguridad de Abinader, en su etapa de candidato presidencial.
Desde el gobierno se implementaron diversas estrategias con el objetivo de hacerle frente a los delincuentes, sin embargo, esto, a juicio de muchos ciudadanos no ha dado resultados, pues los malhechores siguen haciendo de las suyas dejando una larga secuela de muerte.
Para hacer frente a tanta violencia, las autoridades pusieron en marcha antes de finalizar el año, el sistema de alerta contra prófugos, Rebeldes y condenados, un mecanismo mediante el cual se pueden detectar personas que debieran estar tras las rejas, pero andan libertad como perro por su casa.
En el 203 la violencia intrafamiliar acabó con la vida de más de 50 mujeres, mientras un informe de la ONU dice que República Dominicana es el segundo país de América con más casos de feminicidios, promediando 2.9 muertes por cada 100 mil mujeres.
La violencia intrafamiliar es tan grave, que, según la Fiscalía de Santiago, sólo en septiembre se registraron 34 denuncias de agresiones, entre padres e hijos.
El 2023 terminó con una tasa de homicidios de 11.4 por cada cien mil habitantes, de acuerdo a las cifras ofrecidas por el Gobierno.
Las expectativas de la población para el año que comienza es que la violencia disminuya, haya mayores controles de la delincuencia y tome un mayor ritmo la reforma policial.
Sin embargo, antes de despedir el 23 una patrulla del DICRIN mató en el 12 de Haina, tres agentes de la Dirección Nacional de Control de Drogas, en un hecho que sigue bajo investigación del Ministerio Público.