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  • Por: Máximo Sánchez
  • sábado 24 febrero, 2024

Nuestra lectura del momento político dominicano

Acaban de transcurrir unas elecciones municipales en República Dominicana, en las que se impusieron las artimañas y el abuso indiscriminado de los recursos del Estado; según tres instituciones observadoras del certamen, la compra de votos y cédulas y la propaganda, por parte del partido de gobierno fuera de los recintos de votación, fue algo inusitado.

La algarabía del partido gobernante es justificada, porque con mañas o no, logró golpear primero; además como dice un atípico líder de ese partido “el que gana es el que goza”, pero esto es solo una parte del evento, falta aún lo más importante que, son las elecciones congresuales y presidenciales, y con una abstención tan exagerada, nadie sabe dónde está la victoria.

Cuando vemos algunos programas matutinos de radio y TV, nos preguntamos, sí, a los expositores que hacen gala de tanta sabiduría y sutileza en sus análisis, les sirve de algo las enseñanzas de la historia de la humanidad.

La Revolución Francesa, por ejemplo, es uno de los hechos históricos más icónicos de Era Moderna, que influiría de manera directa en todo el acontecer político de la época contemporánea que, se decanta a partir del siglo XlX. La Declaración Universal de los Derechos Humanos, ha sido como una cortina infranqueable para que nuestros congéneres no entren a considerar los hechos dramáticos y reales de esa revolución.

Cuando vemos las airadas masas perremeistas y a su líder Luis Abinader, recordamos a Maximiliano Robespierre que, fue el principal líder de esa revolución; y creyó firmemente que, el poder que él representaba se fortalecía con la desaparición de todos los vestigios de lo que fue la vida francesa anterior a su mandato.

Robespierre encabezó un mandato que, en la historia francesa ha sido bautizado como la Era del Terror; creó el Comité de Salvación Pública que, fue el responsable de aproximadamente cuarenta mil muertes; los carreteros se desplomaban agotados de tanto acarrear prisioneros para ser guillotinados, y a los verdugos se les nublaba la vista con la neblina de la sangre derramada.

Lo que no previó Maximiliano Robespierre, fue que el terror y la injusticia contra los contrarios, no solo podía afianzar su poder y el temor al orden que establecía, sino que también creaba rencores y disgustos que se iban incrementando con el peso de la crueldad y la expansión de las injusticias y los abusos.

La situación llegó al clímax y explosionó con la condena y decapitación de George-J Danton, quién era adversado por muchos, pero también apreciado por grandes mayorías, había sido uno de los personajes protagónicos de la revolución.

La contra revuelta tocó las puertas del todopoderoso Robespierre, y antes de lo que pudo imaginar, se vio frente a una de las guillotinas instaladas por él y a un verdugo designado por él que, obedeció la orden de decapitarlo; murió con los mismos métodos que había instaurado en la Francia de la post revolución.

El irrespeto a la institucionalidad, el abuso en el uso de los recursos del Estado, para conseguir los objetivos políticos del partido de gobierno, la “arrabalización” de las instituciones que deben enmarcar la competencia electoral con los contrarios, ha sido el estandarte del gobierno de Luis Abinader.

No pretendemos comparar los desafueros del comportamiento político del presidente Abinader, con las cuarenta mil víctimas de la obnubilación pasional de Robespierre, pero si llamar la atención de los actuales gobernantes, para que recuerden que, no importa lo poderoso que la posición que representa les haga parecer, los excesos, las injusticias, las artimañas y los engaños cansan a los pueblos, y no hay nada más imparable que estos pueblos, cuando deciden ser arquitectos de su propio destino.

Las elecciones congresuales y presidenciales serán el 19 de mayo próximo, y estarán frescas las imágenes de las 700 mil cédulas compradas por el PRM, también estarán frescas las imágenes de la correntía de los recursos del gobierno y del narcotráfico al servicio del PRM.

La oposición política, además de preparar sus equipos, para defender el voto a su favor, debe preparar equipos de choque que impidan la compra de cédulas y de votos fotografiados desde los recintos votación; también deben evitar el trasiego masivo de adictos que acudieron a las urnas a cambiar su voto por el PRM por un gramo de cocaína, hecho comprobado por el equipo de prensa de “Somospueblo”.

La oposición política debe estar consciente de qué cosas están en juego el 19 de mayo próximo, porque a la luz de los acontecimientos actuales el gobierno sí sabe lo que se juega; es muy probable que una parte importante del gabinete del gobierno, tiene sus sentidos centrados en Nueva York y en el juicio al ex presidente Juan Orlando Hernández, en ese sentido ganar la reelección es cuestión de vida o muerte para el gobierno.

Vamos a mayo con determinación, con todos nuestros esfuerzos puestos en el 78% de abstenidos que no se sintieron representados por las ofertas municipales, o que fueron desanimados por las prácticas impúdicas del perremeismo gobernante.

Los pueblos tienen la obligación de sacudirse de sus verdugos; así dominicano, si te sientes atrapado por la inseguridad, el alto costo de la vida, el narcotráfico gobernante y las mentiras del presidente Abinader, en mayo está tu gran oportunidad.

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