República Dominicana.-Este miércoles, 24 horas después del incendio que provocó la muerte a tres reclusos y quemaduras a otros, el presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, Manuel María Mercedes, se apersonó al penal, chocando con los protocolos establecidos, que no excluyen rango, ni funciones.
El jefe de los Derechos Humanos llegó con “una orden” del Ministerio de Interior y Policía y el conocimiento del director de Prisiones, además con la Ley 113-20 bajo el brazo, para que se le permitiera entrar al penal ignorando los protocolos establecidos.
“Nosotros responsablemente le vamos a decir al país lo que está pasando ahí (en la cárcel) tal y como lo hicimos el 27 de febrero en la audiencia temática donde llevamos al Estado Dominicano, para que estas cosas no sucedan. Usted es que sabe si nos dejan entrar o si no nos dejan. Nosotros permaneceremos en vigilia reclamando un derecho constitucional”, fue el saludo y presentación de Manuel María Mercedes, ante la directora del penal, coronel María Isabel Gil.
La respuesta de la directora del penal La Victoria fue que “usted sabe lo que estamos pasando ahí dentro; no tenemos condiciones para recibir delegaciones”, interrumpida por el señor Mercedes, que interpretó “una negativa” y advirtiendo “que llame al director de Prisiones, que debe estar aquí, según él me informó. Llámese al director del Ministerio de interior y policía y llámese al director de la Policía, porque nosotros estamos haciendo un ejercicio constitucional, y todo el que nos lo impida, va a tener que responder en las instancias correspondientes, en el marco de lo que establece el Estado de Derecho”.
Ante la insistencia de Manuel María Mercedes, que alterado le pidió a la coronel Gil “respétese para que la respetemos”, fue necesario que ella 8la directora del penal) lo invitara a tomarse un té de Valeriana para que calmara los nervios.
“Usted primero debe tener un diálogo conmigo, que no me lo ha permitido”, a lo que el señor Mercedes reaccionó que “ya lo tuve con el director, que es su superior”, respondiendo ella de inmediato que “el jefe superior mío es el presidente de la República y luego el jefe de la Policía”. Estas palabras aclaratorias sacaron del cuerpo de Manuel maría Mercedes al “Jefe de los Derechos Humanos, que en este país soy yo”.