proceso.com.do
  • Opiniones
  • Por: Manuel Hernández Villeta
  • miércoles 08 mayo, 2024

A Pleno Sol : Una farsa y una falsa

En la actividad política nacional por siempre ha estado privilegiado el señalamiento del dedo. Los caudillos escogen a los candidatos de su preferencia, sin echarlos al escrutinio popular. Es fácil ganar así, por capricho del destino.

Ese señalamiento de dedo fue usado por siempre por los líderes-caudillos tradicionales de la política dominicana, Joaquín Balaguer, José Francisco Peña Gómez y Juan Bosch.  Nunca fue una acción democrática, sino violadora de las leyes del juego.

Ahora surge una nueva cara, que quiere dar tintes democráticos a esa situación de fuerza, que es el candidato reservado. Los partidos lanzan a sus partidarios de nivel medio a que participen en las encuestas o convenciones, pero resguardan a sus favoritos de ir a buscar los votos al corazón del pueblo.

Con acciones de este tipo, realizadas por todos los partidos, se le da un golpe a la institucionalidad y la democracia. Muchos callan, porque entrar en contradicciones con la cúpula de sus organizaciones, es correr el peligro de las sanciones, de caer en desgracia o de la expulsión.

Viola el principio democrático que una personalidad, con mucho nombre y figura de primer plano, pero sin simpatías reales en las bases, se le dé un cargo sin ir a la convención. No es un hecho nuevo, recuerdo que por tradición  muchos presidentes de la Cámara de Diputados y el Senado, eran señalados por el dedo.

El método anti-democrático de los partidos políticos viene de lejos, y de el abusaron los grupos de izquierda. Era un pecado supremo y no aceptado  por la cúpula política de izquierda entrar en disquisiciones sobre lo que mandaba el secretario general.

Una vez le dije a un rabioso dirigente de izquierda; para militar en este grupo hay que quitarse la cabeza y dejarla en el parque, porque aquí está prohibió pensar con cerebro propio. La pregonada democracia no se estilaba en las relaciones internas.

Creo en la democracia participativa, (distinta a la democracia representativa, mañosamente modelada y remodelada,  por lo que no creo en ella), por lo que es obligación de todos llevarla a los partidos.

¿Cómo se puede levantar la bandera da cambios y de afincamiento de las libertades públicas e individuales, si los partidos la cercenan en sus entrañas?

 Si internamente no florece la democracia, y hablo de todos, de todos sin excepción, es una farsa y una falsa hablar de cambios, institucionalidad y democracia. ¡Ay!, se me acabó la tinta.

300x250
Conecta con nosotros
Más de Ver todas
Últinas Noticias
Boletín Semanal

Las noticias más relevantes de la semana en su email.

Tú contenido importa
Tú también puedes informar que pasa en tu comunidad o tus alrededores.
Videos, fotos y noticias para publicarla en nuestros medios.
Boletín Diario