Ahora mismo están dadas las condiciones y circunstancias para recrear un Gran Pacto Nacional por el Desarrollo. Se va camino de hacer valoración de lo perdido y lo ganado en el recién torneo electoral, El músculo y el intelecto trabajan por igual, por lo que se puede dar el diálogo y la concertación.
Los partidos que van a estrenar la oposición se tienen que poner el guante de boxeo, pero antes le deben dar una tregua ampliada de cien días al presidente Abinader. ¿Por qué ampliada?. Será desde ahora hasta el 16 de agosto, y luego contar cien días más.
Es una tregua para que el presidente en calma y consultando su conciencia, pueda formar un nuevo gabinete desde el 16 de agosto. De ahí en adelante se le daría una tregua de cien días, y después hacer una oposición democrática.
No es lo más práctico estar lanzando dardos al aire, cuando el gobierno está terminando su mandato y próximo a iniciar otro. Una reelección no significa que todo debe continuar igual. No, por el contrario, es necesario hacer cambios fundamentales en el gabinete.
Un gobierno de cuatro años puede dormirse y la reelección no puede poner sobre los hombros del presidente Abinader una carga muy difícil de llevar. Hay que analizar con lupa y la lámpara de Diógenes a los funcionarios que desean o pueden continuar en el cargo.
Todavía nadie sabe como vendrá Luis Abinader en su nuevo gobierno. Debe terminar con los que llegó y después el prometedor borrón y cuenta nueva. Caras nuevas para una nueva ejecutoria gubernamental. Por lo menos es lo ideal.
La oposición ya tiene tela por donde deberá cortar, aún y dando la tregua de los cien días. Hay una propuesta de cambios en la línea recaudadora, creación de más impuestos, pero también se habla de reforma a la Constitución, y de por medio la crisis haitiana y la forma en que los dominicanos deben enfrentar el problema migratorio.
Una intervención militar en Haití lleva a la República dominicana a trillar un camino de circunstancias, y hasta de incertidumbre en su política exterior. Con buen tino esto se resuelve fácil.
El presidente Abinader deberá contar con el apoyo de todas las fuerzas vivas del país para enfrentar las pretensiones de los Estados Unidos, Canadá y las Naciones Unidas de que se instalen campamentos de refugiados en el país. ¡Ay!, se me acabó la tinta.