¡Ni dos racimitos le dejan entrar! Plataneros en Dajabón temen mercado desaparezca porque “los cefrones se creen gobierno” y quitan a los haitianos “la curra” de plátano que compran para llevar a su país

República Dominicana.-Los hombres que en el mercado fronterizo de Dajabón comercializan plátanos y guineos, están literalmente con el grito al cielo, en vista de que los miembros del Cuerpo Especial de Seguridad Fronteriza le destruyen a los haitianos los plátanos que compran para cruzar a su territorio.

Comerciantes como Junior Alfredo Mercedes, Nicolás Regalado Barrientos y Jorge de Jesús Rodríguez Pimentel, admiten que la calidad del plátano que venden en el mercado no es la mejor, porque “los buenos se los llevan pa´arriba”, pero que los haitianos los compran para llevarlos a su país.

Sin embargo, denuncian que los miembros del Cesfront, por órdenes superiores, “le tumban” los plátanos a los vecinos, “desde que cruzan la puerta”.

“Y toda la venta aquí se están quedando, porque esos son plátanos del suelo; plátanos bajos, porque aquí en realidad –no vamos a tapar el sol con un dedo- aquí en realidad nosotros no tengamos calidad”, dijo Junior Alfredo Mercedes, mientras presentaba “la curra de plátanos que es que vienen aquí”.

Agrega que “se nos están madurando los plátanos y los guineos; “no hallamos que hacer, porque los haitianos no están viniendo a comprar, porque están perdiendo miles y miles de pesos, porque se lo tumban y se lo quitan”.

Dicen sentirse huérfanos de autoridades. “No tenemos gobernadora; no tenemos a nadie aquí y con todo el mundo nos quejamos y nadie dice nada”.

Piden que le dejen cruzar los plátanos a los haitianos, aunque sea por tres meses, para ellos (los comerciantes) recuperar un poco las pérdidas que les ha provocado una medida que no saben a quien atribuirle.

Temen el mercado desaparezca, porque “los cefrones creen que son el gobierno” y actúan de forma arbitraria.

Piden ayuda del ministro de Agricultura y al síndico de Dajabón “que se ponga los pantalones”, para una solución que no afecte ni a comerciantes, ni a productores, pero tampoco a los haitianos.