República Dominicana.- Esperando que salga el sol para sacar a secar sus ajuares amanecieron este viernes los residentes en las calles 12, 14, 16 y la Cañada en Villa Duarte, quienes una vez más volvieron a sufrir las inclemencias de la naturaleza, agudizadas por la indiferencia de unas autoridades que han hecho caso omiso a los constantes llamados de auxilios de los afectados.
Durante las últimas tres décadas los moradores en las inmediaciones de la denominada Cañada del Diablo, en Villa Duarte han tenido que enfrentarse al mismo drama cada vez llueve con cierta intensidad.
La noche de este jueves no fue la excepción, pues la crecida de la cañada producto de las torrenciales lluvias, volvieron a inundar sus casas, dañando también sus ajuares.
El llamado Muro de la Vergüenza, construido en 1992 como una especie de muralla protectora, para que los invitados internacionales a la celebración del quinto centenario del descubrimiento de América no percibieran la pobreza existente, se ha convertido en peligro, ya que aquí se acumula el agua que desborda la cañada.
Desesperados ante la inacción de unas autoridades que se han hecho las ciegas y sordas a los llamados de auxilio, hay quienes han puesto en venta sus casas. Sin embargo, la misma vulnerabilidad del lugar ha impedido que encuentren compradores.
Lo peor es que el día de hoy, estás personas pudieran volver a vivir la misma calamidad, pues de acuerdo a la Oficina Nacional de Meteorología (Onamet) las lluvias producto de una vaguada continuarán, por lo que se mantienen los niveles de alerta sobre varias provincias.