CHARLOTE (AP).-Colombia sobrevivió con inferioridad numérica todo el segundo tiempo y, de la mano de otra asistencia de James Rodríguez, accedió a la final de la Copa América tras vencer el miércoles 1-0 a Uruguay.
El gol de cabeza de Yefferson Lerma a lo 39 minutos alcanzó para que Colombia extendiera a 29 su racha de partidos consecutivos sin perder, un récord en la historia de la selección cafetera.
Colombia resistió con 10 hombres luego que su lateral derecho Daniel Muñoz fue expulsado en el tiempo de descuento del primer tiempo tras recibir una segunda tarjeta amarilla.
El equipo de Néstor Lorenzo se las verá el domingo contra la campeona defensora Argentina y Lionel Messi en el duelo por el título en Miami.
"Estamos felices, lo que hoy hemos hecho yo creo que es más de lo que muchos se podían imaginar", dijo James. "El equipo ha luchado contra todo y lo ha logrado. A descansar y pensar en la final con Argentina. El país debe disfrutar lo que pusimos en el campo".
En un partido áspero que incluyó siete tarjetas amarillas y la roja a Muñoz, los futbolistas acabaron dándose empujones en el campo tras el silbatazo y varios jugadores uruguayos, entre ellos Darwin Núñez, se trenzaron a golpes con aficionados que lucían las camisetas con el tradicional color amarillo de Colombia.
"Esto es un desastre", dijo el central uruguayo José María Giménez. "Le hicieron una avalancha a toda nuestra familia de un cierto sector. Nuestras familias corrieron peligro. Tuvimos que correr como pedo (locos) a la tribuna a sacar a nuestros seres queridos con un bebé chiquito recién nacido".
Será apenas la segunda final de Colombia en el torneo continental. Se consagraron campeones en la única ocasión que lo hicieron, en calidad de anfitriones en la edición de 2001, imponiéndose ante México.
Colombia no pierde desde el 1 de febrero de 2022, un revés 1-0 ante Argentina por las eliminatorias del Mundial que la Albiceleste acabó conquistando a fin de ese año. Lautaro Martínez fue el autor del gol en ese partido, en el que Lionel Messi no jugó.
En una noche calurosa y húmeda en Charlotte, el tiro de esquina de James por la derecha encontró la cabeza de Lerma, quien le ganó las espaldas a Giménez, más la floja salida del arquero Sergio Rochet para el 1-0.
Colombia acarició el segundo poco después con un remate de Richard Ríos, repelido por el vuelo de Rochet.
Fueron momento de gran desconcierto para Uruguay, y todo indicaba que el segundo gol colombiana estaba al caer.
Pero el panorama cambió radicalmente por la expulsión de Muñoz tras propinarle un codazo a Manuel Ugarte, valiéndole la segunda amarilla tras la revisión con el VAR.
Colombia tuvo que se blindó para defender la ventaja mínima en el complemento, tarea que se enredó más por la lesión del volante Ríos y tener que sacar a James para afrontar la última media hora.
"El partido se puso muy complicado ante un rival duro, pero para mí es una merecida final. Llevo casi 13 años queriendo esto y estamos muy felices", dijo James.
El mediopunta, que cumplirá 33 años el viernes, sumó su sexta asistencia en su quinto partido y superó el récord de Messi (5 en 2021) de más pases de gol en una misma edición del torneo continental desde que se empezó a llevar el registro en 2011.
"Todavía falta la final en que nos vamos a enfrentar", señaló James. "Todos saben lo que es Leo, que en cualquier momento puede meter un gol o un pase. Será lindo enfrentarlo en la final".
Resuelto a explotar tener un hombre más, Uruguay salió con todo para la segunda parte. Su técnico Marcelo Bielsa mandó a Giorgian de Arrascaeta y Mathías Olivera para tener más colmillo arriba.
En su replanteamiento defensivo, Colombia encontró en la gambeta y tesón de su extremo Luis Díaz respiro ante el asedio uruguayo, provocando un par de amarillas.
Bielsa apeló al goleador histórico Luis Suárez, quien acarició el empate sobre los 70 con un latigazo contra el poste tras recibir de Federico Valverde.
Colombia tuvo dos claras en la agonías, ambas con el ingresado Matheus Uribe. El volante definió muy mal en la primera y estrelló un remate contra el travesaño en la otra.
"Los detalles en este tipo de partidos cuestan", se lamentó Bielsa. "El primer tiempo no lo dominamos, pero fue parejo. El segundo tiempo con un hombre más se desnaturalizó y se brindó con una infinidad de interrupciones que nos impidió tener un ritmo de juego".