República Dominicana.-Corría el año de 1964 cuando un grupo cercano al comando 30 de mayo, establecido en New York, había decidido hacerle un atentado al ex presidente dominicano Joaquín Balaguer, quien en ese entonces estaba exiliado en Estados Unidos y tenía una rutina de ir todos los miércoles a la biblioteca de la ciudad, situada al lado de la iglesia San Patricio, un templo católico hoy muy visitado por la comunidad dominicana residente en sus alrededores.
El plan consistía en eliminar físicamente al doctor Joaquín Balaguer, antiguo colaborador de la tiranía de Trujillo, cuando saliera del ascensor del edificio donde residía el político y escritor dominicano.
En esa semana el profesor Juan Bosch había volado desde Puerto Rico a New York, en busca de un permiso de trabajo para impartir docencia en una universidad de la isla caribeña, y uno de los miembros del comando que organizaba el atentado le comentó al entonces líder del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) lo del complot contra Balaguer y que no era conveniente que se quedara en New York porque el miércoles de esa semana era el atentado.
De inmediato, el Profesor Juan Bosch respondió a su interlocutor que no se podía permitir ese atentado contra Joaquín Balaguer, alegando que los militares balagueristas estaban conspirando contra el Triunvirato y en ausencia del doctor Balaguer podrían abandonar la conspiración contra los ocupantes del despacho palaciego de donde lo sacaron el año anterior por la fuerza, mediante un golpe de estado cívico-militar.
Así lo reseña en su más reciente libro en proceso de impresión el presidente de la Unión Demócrata Cristiana, Luis Acosta Moreta, (Luis El Gallo), titulado: Máximo Gómez 25 parte atrás: La Casa de Balaguer.
Acosta Moreta fue durante muchos años un cercano colaborador del doctor Joaquín Balaguer, de quien se distanció a finales del año 1986, cuando el líder reformista retornó al Poder, tras ocho años en la oposición.
En su nueva obra, Luis El Gallo explica que tras el profesor Juan Bosch enterarse de los detalles del complot contra Joaquín Balaguer, le manda una carta con una persona de su confianza, identificada por Acosta Moreta con el nombre de José Aguilar kalimano, quien raudo y veloz corrió hacia el lugar donde se encontraba el ex presidente dominicano y le hizo entrega personalmente de la misiva.
Dice Luis Acosta Moreta que el doctor Joaquín Balaguer le solicitó a Kalimano que esperara algunos minutos, procedió a leer la carta y al concluir su lectura le pidió que le diera las gracias al profesor Juan Bosch por haberle salvado la vida.
A partir de ese momento, el doctor Joaquín Balaguer; enigmático, misterioso, fiel creyente en los milagros y amante empedernido de la lectura, dejó de ir para siempre a la biblioteca de New York mientras permaneció en Estados Unidos.
A pesar de su gran rivalidad política e ideologías opuestas, el Profesor Juan Bosch y el doctor Joaquín Balaguer mantuvieron por largos años una amistad personal inquebrantable, llegando incluso a intercambiarse libros autografiados.
Esa relación amistosa parcialmente se marchitó a raíz de las elecciones de 1990, donde se enfrentaron los dos octogenarios líderes políticos, resultando ganador el doctor Balaguer, candidato presidencial a la reelección por el Partido Reformista Social Cristiano, pero el Profesor Bosch, candidato presidencial del Partido de la Liberación Dominicana, denunció fraude electoral.
Esa amistad entre los dos viejos zorros de la política, cultivada por el vínculo literario que los unía, parece haberse recuperado seis años después cuando los dos les dieron el visto bueno a lo que se denominó el Frente Patriótico, un acuerdo electoral entre el PLD y el PRSC para llevar como candidato de los dos partidos al joven político y académico Leonel Fernández y enfrentarlo en segunda vuelta al candidato del PRD, José Francisco Peña Gómez, quién había ganado la primera vuelta las elecciones de mayo, pero salió derrotado por estrecho margen el 30 de junio de 1996.