República Dominicana.-Los economistas definen la inflación como el aumento sostenido de precios en bienes y servicios de consumo durante un periodo determinado de tiempo, que se refleja en la disminución del poder adquisitivo de la moneda que, en el caso de República Dominicana, se mide mediante el Índice de Precios al Consumidor (IPC).
En República Dominicana, por ejemplo, los altos costos de producción, la especulación y otros factores han disparado los precios del arroz de manera sostenida durante la última década que, a pesar de atravesar por algunos periodos de estabilidad, hoy alcanza niveles que ponen en peligro juntar en un mismo plato los componentes fundamentales de la llamada “Bandera Dominicana”.
Comenzando el 2014 una funda de 10 libras de arroz selecto se compraba ese año en los supermercados a 159 pesos con 95 centavos, lo que colocaba a menos de 16 pesos las 16 onzas. Hoy, en la primera semana del mes de octubre del 2024, esa misma funda de arroz tiene un costo de 425 pesos, llevando la libra a un precio de 42 pesos con 50 centavos, una diferencia de casi 27 pesos por libra. Eso representa un alza del 169% en una década.
Entre el 2014 y mediado del 2022 el cereal mantuvo un precio estable, pero a partir de agosto de ese año, con el país superando los efectos de la pandemia de covid-19, los dominicanos comenzaron a comprar el arroz selecto a 18 pesos la libra, y a partir de ese momento comienzan a sentirse los efectos de la inflación y ya para abril del año siguiente el arroz se cotizaba a 22 pesos la libra.
En agosto del 2023 se vendía a 34 pesos, un alza de 12 pesos en tan solo 4 meses, y en noviembre de ese año el precio del arroz alcanzaba los 36 pesos la libra, en diciembre recibió la Navidad a 37, en febrero del 2024 llegaba a los 38 pesos las 16 onzas, y dos meses después, en abril, se cotizaba a 40 pesos la libra.
La habichuela roja, otro de los tres componentes fundamentales del plato criollo, se cotizaba a 69 pesos la funda de 800 gramos en enero del 2014, ya en octubre del 2024 una funda de 800 gramos se vende a 168 con 95, un incremento del 145% en los últimos diez años. Si el cliente se decide por habichuela fresca debe pagar hoy 99 pesos por la libra que en agosto se vendía a 84.
Si en vez de habichuela roja el consumidor prefiere guandules para variar, debe comprar a 194 pesos la libra, y si lo adquiere en lata de 15 onzas le cuesta un máximo de 123 pesos. Ese mismo producto se cotizaba a 35 pesos hace diez años, más de un 250% en una década.
Entre las carnes, la de pollo es la favorita del consumidor dominicano para completar la bandera dominicana con el arroz y los frijoles. Hace 10 años, en enero del 2014 el pollo congelado se cotizaba a 34 pesos la libra, hoy ese mismo producto se compra a 80 con 95 las 16 onzas en los supermercados de Santo Domingo. Si el cliente lo pide al colmado de la esquina con servicio a domicilio tendrá que pagar entre 95 y cien pesos la libra del pío pío.
Si en vez de pollo, el consumidor se decide por carne de res molida, tendrá que pagar 152 pesos con 95 centavos por la libra que en el 2014 se ofertaba a 59 con 99, un aumento del 155% en los últimos diez años.
Calculando que todos estos alimentos se adquirieron crudos, para llevarlos a la mesa tendrán que pasar por un proceso de transformación (cocción), que amerita el uso de gas propano para los que tienen estufas.
Siendo así, es bueno señalar que en el 2014 un galón de gas licuado de petróleo se cotizaba a 114 pesos con 90 centavos, mientras que en la actualidad el precio oficial de ese combustible es de 132 pesos con 60 centavos, un aumento de poca incidencia para un periodo de diez años.
Para los que utilizan estufas eléctricas, se recuerda que en el 214 los usuarios de las EDES con 200 o menos kwh mensuales de consumo, tenían que pagar a 4 pesos con 44 centavos cada kwh, y en la actualidad se paga un monto de seis pesos con 5 centavos, un aumento de un peso con 61 centavos, un aumento del 36% en diez años.
NOTA: Los precios de una gran variedad de productos pueden experimentar ligeras variaciones entre un supermercado y otro, o dependiendo de las marcas, la presentación, su calidad y las temporadas de ofertas.